Capítulo 7 El precio de la sangre

El rugido de Kael aún resonaba en las paredes de piedra, un eco de desafío que se colaba bajo la puerta y me erizaba la piel. Orla llegó minutos después, con una bandeja de comida y ropa limpia. Sus movimientos eran eficientes, sus ojos grises me escudriñaron con una curiosidad clínica.

—Come. D...

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