Capítulo 106: La Carta

La fuerza que mis amigas me habían infundido era un préstamo a corto plazo con intereses altísimos. Duró exactamente hasta que la puerta del hospital se cerró tras ellas, dejándome de nuevo en un silencio que ya no era protector, sino la antesala de una ejecución. La visita de la pediatra a la mañan...

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