Capítulo 60: El Consejo de Guerra

Regresamos a la mansión al amanecer. El sol, que se alzaba en un cielo teñido de rosa y naranja, parecía una burla a la oscuridad que se había cernido sobre nosotros. La fortaleza ya no se sentía como una jaula, sino como el único santuario en un mundo que se había vuelto hostil. Damián me llevó dir...

Inicia sesión y continúa leyendo