Capítulo 93: Jaque Mate en Doce Horas

La biblioteca, que se había convertido en mi santuario, ahora se sentía como una celda de lujo. Las paredes forradas de libros parecían observarme. Podía oír el murmullo constante de la voz de Damián desde su despacho, un flujo ininterrumpido de órdenes y estrategias. El sol comenzó a ponerse, tiñen...

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