Capítulo 88 — Silencio tras los disparos

En la habitación, el silencio era tan denso que apenas se escuchaba el tic-tac del reloj colgado en la pared. Afuera, los ecos de los disparos aún parecían flotar en el aire, como si el sonido se negara a morir del todo. Ana se encontraba sentada al borde de la cama, con las manos entrelazadas, m...

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