Capítulo 39

—¿Estás bien? —Él tomó mi mano, acariciando mis nudillos con el pulgar mientras nos dirigíamos a casa después de la cena.

—Amenazó tu vida. Sé que estás siendo generoso —me encogí de hombros.

—Eso no significa que sea fácil para ti.

—No, pero esto fue un paso demasiado lejos. No puedo dejar que a...

Inicia sesión y continúa leyendo