34 ¿Mi sangre?

Savannah.

Cuando abro la puerta, veo el rostro preocupado de mi madre, me mira de arriba abajo y de inmediato se acerca a mí para darme un abrazo.

—¿Cómo estás, hija? —se aleja de mí y me mira los ojos.

—Estoy bien, mamá. Entra, por favor —me hago a un lado dejándole el paso libre.

Alicent ent...

Inicia sesión y continúa leyendo