Capítulo 6 CAP 6

Capítulo 6

Andrés regresó del baño justo cuando Camila estaba parada junto a la mesa, La miró con extrañeza y se acercó confundido me susurró en el oído tan perdido como estaba yo.

—¿Camila? ¿Qué haces aquí?

—Vino a hablar con Fernando —le dije intentando fingir que el alma no se me rompía en esa frase.

Andrés se giró hacia su tío.

—¿Todo bien?

Fernando bajó la mirada, respiró hondo y se levantó despacio.

—Sí. Todo bien. Ella vino a verme, Vamos a hablar un momento afuera —dijo tomándola del brazo.

Los dos se alejaron sin decir más, Me quedé sentada, con el cuerpo tenso, la mano sobre la pierna aún caliente por su caricia de antes. Sentí un nudo en el estómago, estaba celosa y lo admitía.

Me quería ir, pero mis celos me hicieron quedarme

Andrés se sentó a mi lado, sin saber lo que pasaba realmente, Me acarició el brazo, me dio un beso en el hombro y otro en el cuello.

—Estás demasiado sexy esta noche —dijo sonriendo—. No sé qué perfume traes, pero hueles a feromonas. Te juro que quiero cogerte aquí mismo.

No respondí, seguía mirando hacia el ventanal, intentando ver qué pasaba afuera, pero no alcanzaba a distinguirlos.

—¿Qué tienes? ¿Estás bien? —me preguntó.

—No tengo cabeza para nada ahora —murmuré—. Me quiero ir.

—¿Quieres que llame al chofer?

—No, llama a Camila, dile que se apure Quiero irme a mi casa.

Andrés frunció el ceño.

—¿Pasa algo entre ellos? —preguntó, serio.

Lo miré de reojo, dudé en responder, pero ya no podía ocultar la información que tenía.

—Camila y tu tío... al parecer tienen historia, Mi papá dijo que se iban a casar.

Andrés se quedó callado unos segundos.

—¿Mi tío y Camila? —repitió sorprendido—. ¿Ella es la Camila?la famosa Camila.

Asentí.

—Pensé que sabias la historia del primer amor de mi tío.

—No... solo sé que Camila fue, supuestamente, la mujer que le rompió el corazón a mi tío ¿Que sabes tú? ¿Por que dices que la historia es famosa.

—Solo rumores. Decían que ella lo dejó plantado unos días antes de la boda, que lo dejó destrozado y por eso es el gigoló inconquistable

Me tensé, los celos se me notaban demasiado, Tragué saliva.

Afuera, ellos seguían discutiendo, Quería levantarme, salir corriendo, pero me quedé quieta, como congelada viendo aquella escena desde donde estaba sentada.

—Mi tío cambió después de eso —continuó Andrés, sin notar cómo me descomponía por dentro sus palabras, el no sabía cómo me rompía el alma —. Se fue del país, estuvo años sin aparecer Y hasta ahora que volvió, todos decían que aún la amaba. Que esa mujer era la única que lo había marcado de verdad.

—¿La mujer que el amor? —mis labios estaban temblando, gire de nuevo y los vi

Camila y Fernando estaban abrazados y cerré los ojos para no sentir estos celos que me estaban ahogando.

Sentí cómo el mundo se me caía encima, no podía entender cómo Fernando se me había metido en el alma, ya no era solo una experiencia sexual, era mi alma entregada a él.

Sentí que me hervía la sangre, verlos abrazados me hizo doler el pecho, No quería escuchar más, no quería pensar nada que tuviera que ver con ellos, no quería seguir en esa mesa fingiendo que todo estaba bien cuando sentía que el cuerpo se me iba de rabia.

Me giré hacia Andrés, molesta.

—Vámonos, ellos están ocupados y yo no tengo que esperar a que hablen sus estupideces.

—¿Estás segura? —preguntó confundido—. Dijo que quería hablar con ella un momento

—Ya pasaron más de veinte minutos, que se quede con ella nosotros nos vamos.

Andrés levantó la mano y llamó a un mesero.

—Avísale a mi tío que nos retiramos, por favor —le dijo—. Dile que lo llamo más tarde.

Salimos del club sin esperar respuesta, Yo iba seria, mirando al frente. Andrés intentó hablarme, pero no respondí mucho, Me subí al auto, cerré la puerta fuerte y cuando arrancó, no aguanté más.

Me giré hacia él, lo agarré del rostro y lo besé con deseo, no como siempre, Esta vez fue con desesperación, llena de pasión y de rabia, Mordí su labio, le metí la lengua, lo toqué por encima del pantalón.

—Hazme el amor esta noche —le dije, con voz baja—. Llévame a tu departamento, necesito tenerte

Me miró sorprendido, pero sonrió le gustaba verme así.

—¿Qué te pasa hoy? Estás… diferente.

—Solo quiero sentir a mi hombre ¿Quieres que use mi boca mientras llegamos o te estrellas?

Él me agarró la pierna, me besó de nuevo, me pidió esperar a llegar, Íbamos a toda velocidad, su mano ya estaba debajo de mi vestido, intentando masturbarme y yo ya estaba mojada por culpa de Fernando.

Pero el celular de Andrés sonó, Lo sacó del bolsillo y al ver la pantalla, cambió su expresión.

—Es mi papá —dijo y atendió de inmediato sabía que el momento se había arruinado —. ¿Qué pasó?

Se quedó en silencio unos segundos, luego palideció, me miró buscando mi apoyo, le di una caricia en la mejilla.

—¿En qué hospital está? Vamos para allá.

Me miró serio, con los ojos llorosos, le di un beso en los labios para que se calmara.

—Mi mamá tuvo otra recaída. Vamos al hospital.

Asentí.

Me acomodé el vestido, intenté calmarme, No era momento para egoísmos ni pasiones tribuales, Andrés estaba angustiado sabía lo importante que era su mamá, yo no tenía a la mía.

Cuando llegamos, la madre de Andrés estaba en una habitación privada. Su piel estaba pálida, pero su sonrisa seguía ahí, era una mujer dulce y Siempre ha sido buena conmigo.

—Gracias por estar aquí —me dijo, tomándome la mano—. Andrés te ama Y eso me da paz, porque sé que tendrá una vida plena.

—Yo también lo quiero mucho —le respondí, con un nudo en la garganta al verla.

Estuve un rato con ella, mientras Andrés hablaba con los médicos cuando volvimos a quedarnos solas, aproveché para aclarar mis dudas.

—¿Sabías que Camila, mi hermana, estuvo comprometida con Fernando? No lo recuerdo y no se mucho de esa historia.

Ella bajó la mirada y asintió.

—Sí, lo sabía, todos los de la familia lo saben, pero no es una buena historia.

—¿Qué pasó? ¿Por qué terminaron?

—Fue Camila quien canceló la boda de un día para el otro, Nadie entendió por que, Él estaba muy enamorado… desde ese día, cambió por completo, para Fernando ha sido un golpe en su vida que no superó

—¿Cambió?

—Fernando se volvió distante, empezó a viajar, a tener muchas mujeres, pero sin comprometerse con nadie. Todos dicen que no volvió a enamorarse. Que aún la ama, pero no sé si puedan regresar algún día

Me quedé en silencio, sus palabras me dieron un golpe en el alma, me ardía el pecho.

Mi relación con Camila era muy mala, siempre lo fue, pero… en el fondo, quería que fuera feliz, Solo que no con él, no con el hombre que yo deseaba, que amaba.

Volví a casa después de acompañar a Andrés toda la noche, Camila no estaba, Esperé en la sala, viendo el reloj, con el corazón acelerado.

Le escribí a Fernando, no había respuesta, nada, Le marqué y no me contestó.

Empecé a sentirme mal. ¿Estaban juntos? ¿La estaba eligiendo a ella?

A las ocho de la mañana escuché la puerta, Me paré de golpe.

Camila entró, llevaba una sonrisa en la cara.

—¿Dónde estabas? —le pregunté, cruzada de

brazos.

Ella no respondió, y Caminó hacia mí y me abrazó, un gesto que nunca espere de ella

—Gracias, Alondra —me susurró—. Soy feliz de nuevo

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