Tan húmedo para él

Mi cuerpo se relajó.

Estaba lista.

Había un orgullo feroz, casi hasta el punto de la violencia, mientras sus pensamientos se aclaraban.

—Mi compañera.

—Tuya —volví a susurrar en acuerdo, la alegría y el amor inundando mi corazón.

Él movió sus caderas, comenzando a rozar su excitación contra mi ...

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