NovelaGO
Secretos en la oscuridad

Secretos en la oscuridad

Ava Miller · En curso · 46.6k Palabras

347
Tendencia
397
Vistas
119
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

Isabella Thompson nunca quiso volver a la imponente mansión Blackwell, un lugar lleno de lujos... y secretos oscuros. Pero el misterioso empleo como asistente personal de Alexander Blackwell, un millonario reservado y con una reputación cuestionable, es su única oportunidad para desenterrar la verdad sobre la muerte de su padre. Lo que comienza como una misión de justicia pronto se convierte en un juego peligroso, donde cada mirada y cada palabra del frío y magnético Alex la arrastran hacia un abismo que nunca imaginó.

Alexander, marcado por la tragedia, ha erigido muros imposibles de escalar. Sin embargo, la llegada de Isabella despierta emociones que creía enterradas junto a su pasado. Ella es diferente, un desafío para sus secretos y un recordatorio de todo lo que ha perdido... y de lo que aún podría perder si ella descubre la verdad.

Entre encuentros llenos de tensión y noches cargadas de peligro, Isabella y Alex se ven envueltos en una red de intrigas que amenaza con destruirlos. Cada paso hacia la verdad acerca a Isabella a un enemigo que no solo busca silenciarla, sino que también podría romper su alma.

En un mundo donde la pasión y el peligro son inseparables, Isabella deberá decidir si confiar en Alex será su salvación... o su perdición. Porque algunas verdades son tan oscuras que deberían quedar enterradas.

Capítulo 1

Capítulo 1

El encuentro.

POV Isabella Thompson.

El aire helado golpea mi rostro y hace estremecer cada parte de mi cuerpo, abro y cierro las manos para tratar de calmarme de alguna forma, pero no lo consigo y si soy honesta conmigo misma, no estoy segura de si el escalofrío que recorre mi espalda es por el frío o por los nervios que me están carcomiendo por dentro.

«Respira, Isabella. Tu puedes manejar esto. Es lo que querías, no puedes echarlo a perder» Me recuerdo mentalmente, pero no sirve de nada.

Estoy aquí, de pie, enfrentándome a la imponente mansión Blackwell, y siento como si mi cuerpo estuviera atrapado en un tira y afloja entre dos fuerzas opuestas, ambas igualmente poderosas. Una parte de mí, quizás la más sensata, me implora que me dé la vuelta, que escape de este lugar antes de que sea demasiado tarde. Las sombras que se deslizan entre las ventanas parecen vivas, como si me observaran, como si me estuvieran esperando. Todo en mi interior me dice que huir sería lo más lógico, lo más seguro.

Pero la otra parte de mí, esa parte terca que nunca sabe cuándo rendirse, me tiene clavada al suelo como si mis pies estuvieran hechos de cemento. Es esa voz desafiante en mi cabeza, la que me empuja a quedarme, a enfrentar lo que sea que me espera aquí. Porque necesito respuestas. Necesito descubrir la verdad. Y aunque sé que el precio de hacerlo podría ser alto, también sé que no podré vivir en paz si me voy ahora.

Mis ojos recorren la mansión, intentando procesar su inmensidad y mis sentidos no dan crédito a lo que ven. Las luces doradas que emanan de las ventanas destacan contra el cielo gris y las paredes de piedra, robustas y antiguas, parecen guardar secretos que podrían destrozarme si los descubro. Ya había estado aquí antes, hace años, durante una de esas opulentas fiestas de beneficencia que los Blackwell organizaban para presumir su poder y riqueza, como lo hacen la mayoría de los ricos. Fingen dar algo a los pobres, cuando lo único que quieren es mostrar cuan forrados de dinero están.

Aquel día me sentí fuera de lugar desde el primer momento en que crucé la entrada. Todo era tan grandioso, tan opulento, que no pude evitar sentirme insignificante. Caminaba entre aquellos invitados, vistiendo el mejor vestido que pude conseguir, pero incluso entonces me sentía como una intrusa, como si en cualquier momento alguien fuera a señalarme y gritar que no pertenecía a ese mundo. Era imposible ignorar las miradas. Algunas eran fugaces, casi indiferentes, pero otras… otras eran como cuchillos que se clavaban en mi piel, recordándome constantemente que yo no era más que una extraña.

¿Y cómo olvidar la sensación de ser observada, de sentir el peso de esos ojos fríos y calculadores que me escudriñaban desde la distancia?

Alexander Blackwell.

Incluso entre toda esa multitud de rostros perfectamente maquillados y sonrisas falsas, él destacaba. Era imposible no notarlo, como un depredador acechando en medio de una manada de presas que no tienen idea de lo que se avecina. Su presencia llenaba cada rincón de la habitación. Solían decir que tenía un carisma magnético, que era el tipo de hombre al que todos deseaban complacer, pero yo no vi eso. No. Lo que yo vi fue arrogancia pura, una especie de egocentrismo que parecía envolverlo como un traje a medida.

Lo recuerdo perfectamente. Su altura imponente, la forma en que su figura parecía esculpida para intimidar, cada movimiento suyo calculado, como si el mundo entero fuera un tablero de ajedrez y él estuviera siempre cinco pasos por delante. Vestía un elegante traje negro que se ajustaba a él como si fuera parte de su piel, impecable, sin una sola arruga fuera de lugar. Pero no era su físico lo que atrapaba realmente la atención, aunque fuera imposible ignorarlo. Era su rostro.

Una mandíbula marcada, firme, como si cada línea estuviera diseñada para imponer respeto. Sus labios, siempre curvados en una expresión que oscilaba entre la seriedad y el desdén. Y esa sombra de barba que, lejos de suavizarlo, le daba un aire de peligro que hacía difícil apartar la mirada.

Pero los ojos… Dios, sus ojos.

Eran de un gris acerado, fríos y despiadados, como el filo de una espada. Tenían esa cualidad inquietante de atravesarte, de desnudarte por completo, exponiendo cada pensamiento, incluso los que intentabas esconder de ti misma. No eran los ojos de un hombre que perdona fácilmente. Eran los ojos de alguien que guarda secretos, tantos que te preguntas si podría existir alguna vez un alma lo suficientemente valiente o lo suficientemente necia como para intentar descubrirlos todos.

Y aquí estoy de nuevo, frente a su puerta, tratando de ser la idiota que logre de alguna forma hacerlo, descubrir lo que ocultan esos ojos. Mi corazón late con fuerza mientras avanzo hacia el portón principal, mis pies hacen más ruido del necesario cuando los tacones se hunden en la grava. No soy la misma chica que vino aquí aquella vez, pero tampoco puedo negar que sigo sintiendo esa mezcla de miedo y fascinación. Esta vez no vengo a bailar ni a intentar encajar en ningún tipo de rol. Esta vez vengo por respuestas y espero conseguir cada una de ellas sin ponerme en riesgo.

Paso las rejas que se abren para mí, de forma automática y supongo que en algún lugar hay una cámara de seguridad, miro a todos lados con nerviosismo hasta que la ubico, está apuntando en mi dirección y se mueve con cada paso que doy, siguiéndome y yo no puedo sentir más que nervios por estar siendo vigilada.

Cuando al fin llego a la puerta, inhalo profundamente y la golpeo con fuerza, permitiendo que el sonido resuene en la quietud. No hay vuelta atrás. Esto apenas comienza. Ya estoy aquí y no puedo retroceder. Eso me haría una maldita cobarde.

El mayordomo, un hombre mayor de rostro inexpresivo, abre la puerta y me indica que lo siga, sin siquiera preguntarme quien soy, porque se supone que me están esperando. Mis tacones hacen eco en el suelo de mármol mientras avanzo por el vestíbulo. El interior de la mansión ha cambiado, ya no tiene el esplendor cálido que recordaba. Todo parece más frío, al igual que su fachada, casi desprovisto de vida. Las paredes están desnudas, los muebles austeros, y el aire tiene un peso que oprime el pecho. Esta casa refleja a su dueño, imponente, hermosa y llena de sombras.

—Por aquí, señorita— menciona el mayordomo, deteniéndose frente a una puerta doble de madera oscura y haciendo un ademán con su mano para pedirme que siga—. Buena suerte —me desea.

«¿Tan malo ha de ser como para que deba necesitar suerte?».

Asiento a modo de respuesta y trato de darle una sonrisa que no llega a formarse, porque se queda en una mueca horrorosa gracias a los nervios. Tomo aire, llenando mis pulmones y luego soltándolo con calma, antes de empujar las puertas. El despacho es un reflejo del hombre que me espera dentro; sobrio, ordenado y perfectamente calculado, mis ojos lo recorren por un segundo, deteniéndose en el fino arte que lo adornan, hasta que me doy cuenta de que estoy siendo observada fijamente.

Alexander Blackwell está sentado tras un escritorio de caoba, con la espalda recta y los dedos entrelazados sobre la superficie. Con una expresión en su rostro que destila poder. Su mirada gris, fija en mí, es tan intensa que siento un leve temblor en las piernas y trago grueso, mientras proceso toda la imagen.

Me ha tomado desprevenida, no esperaba que estuviera mirándome así y mucho menos esperándome. El hombre está tal cual como lo recuerdo, como si el tiempo no hubiera pasado por él. Enarca una ceja cuando nota que lo estoy mirando demasiado, en un claro llamado de atención.

—Ha llegado tarde— menciona con voz firme mientras mira el reloj que hay en su muñeca.

Su tono no es de reproche, sino una declaración que deja claro quién tiene el control en esta habitación, quien es el jefe y el que tiene el poder absoluto. No puedo evitar sentirme pequeña bajo el peso de su mirada, pero no pienso dejar que lo note, porque yo no soy como las otras personas que trabajan para él.

Me enderezo y fijo mis ojos en los suyos, retándolo con la mirada.

Sí él quiere competencia de miradas, es lo que voy a darle.

—Problemas con el tráfico—. Miento, pero intento que mi voz suene segura.

Sus labios se curvan apenas en lo que podría ser una sonrisa o un gesto de desdén. Es difícil decirlo. Alexander Blackwell es un hombre que no regala nada, ni siquiera sus expresiones. Cada una de sus reacciones están comedidas, así que no sé como interpretarlo.

—¿Primer día de trabajo y ya comienza a excusarse? —niega con la cabeza mientras vuelve su mirada a unos documentos y siento como un peso se me quita de los hombros cuando él deja de mirarme—. Sería una lástima que se quedara sin empleo, después que movió cielo y tierra para conseguirlo.

Frunzo el ceño, esta es una información que se supone que él no debería de saber. Trato de mantener sereno mi rostro, porque me fijo como me ve de reojo.

—No volverá a suceder —prometo.

—A su derecha, encontrará una maleta. Allí está su uniforme, Leonardo la llevará a su habitación.

«¿Habitación?».

—¿Disculpe? —pregunto confundida—. Apliqué para un puesto de asistente, pero nadie me dijo que debía quedarme en la propiedad.

El señor Blackwell ríe por lo bajo, como si mis palabras le parecieran un chiste.

—Si no quiere el trabajo, la puerta estará abierta. Pero esas son mis reglas, quiero una asistente disponible las veinticuatro horas al día, seis días a la semana, porque lamentablemente debo darle un día libre. Su salario compensará su arduo trabajo, ¿se quedará o no?

Muevo los dedos en señal de nerviosismo y sus ojos se detienen en mis manos, cuando me doy cuenta, las uno detrás de mi espalda.

Quedarme aquí, no era algo que esperaba en lo absoluto, pero es algo que puedo aprovechar si me lo propongo.

Sé que es una maldita locura, incluso un riesgo, pero quizás así, pueda descubrir mucho más rápido lo que necesito.

Tomo la maleta entre mis manos y lo miro.

—Muchas gracias por la oportunidad, señor Blackwell.

Él no muestra ningún gesto ante mis palabras, sino que baja su mirada hacia los documentos.

—Tiene treinta minutos para estar aquí, señorita… —deja la frase al aire, a propósito.

—Isabella —le recuerdo lo que de seguro él ya debe saber—. Isabella Thompson.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

1.9m Vistas · En curso · Oguike Queeneth
—Estás tan mojada. —Me mordió la piel y me levantó para hundirme en su longitud.

—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.

—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.

—S..sí —jadeé.


Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.

Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.

¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

1.1m Vistas · En curso · Esther Olabamidele
—Mátala y quema su cuerpo.

Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.

Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...

Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.

Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...

Frío.

Mortal.

Implacable.

Su presencia era el infierno mismo.

Su nombre un susurro de terror.

Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe

Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.

Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
Dura en Disfraz

Dura en Disfraz

1.4m Vistas · Completado · Sherry
—Todos fuera—ordené entre dientes—. Ahora.

—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.

—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.

Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.

En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.

La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.

Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.

No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

5.1m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Mi Luna Marcada

Mi Luna Marcada

561.6k Vistas · Completado · Sunshine Princess
—¿Vas a seguir desobedeciéndome? —pregunta, su mirada fría y dura.
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!


La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
Yo y Mi Esposo Multimillonario

Yo y Mi Esposo Multimillonario

532k Vistas · Completado · Jady-J
Aurora, una vez conocida como la mejor asesina, renace en la familia Pendleton como la hija menos favorecida y más ridiculizada. ¿Sobrepeso? No hay problema, ¡nunca es tarde para perder peso! ¿Débil e impotente? No te preocupes, ¡nunca es tarde para levantarse! ¿Tímida y fácilmente acosada? No importa, ¡ahora es el momento de transformarse en una reina astuta!
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
Un Fin de Semana con el Billonario

Un Fin de Semana con el Billonario

543.2k Vistas · En curso · Bella Moondragon
«Cuando se hace correctamente, esta posición puede ser muy satisfactoria para una mujer porque permite una penetración profunda».
Abro la boca para responder, pero lo único que sale es una respiración tambaleante y un pequeño suspiro. Se ríe, con un estruendo sordo y sordo, y luego se inclina y me besa en la mitad de la espalda.
Vuelvo a sentir su punta en la puerta de mi casa. Lo empuja un poco y mi cuerpo vuelve a la vida. Mis músculos reaccionan ante su presencia, contrayéndose y aflojándose, como si mi cuerpo tratara de absorberlo profundamente.
Es el jefe de mi marido, así que se supone que esto está mal.
Entonces, ¿por qué se siente tan bien?


Braxton Merriweather siempre consigue lo que quiere. Ahora quiere a Julia Thompson, la esposa de uno de sus trabajadores. Desde el momento en que la vio por primera vez, supo que tenía que poseerla en todos los sentidos.
Cuando Jeff Thompson acepta el trato que le propone, Braxton se sorprende. Se sorprende aún más cuando la Sra. Thompson está de acuerdo.
Pero ahora que la ha probado, quiere más. ¿Cómo puede poseer a una mujer que ya está casada con otra persona?

Julia se siente atrapada por su matrimonio con su novia del instituto. En los dos años transcurridos desde que se casaron, él ha cambiado, y no para mejor. Cuando el multimillonario Braxton Merriweather muestra interés en ella, se siente halagada. E intrigado. ¿Es posible que uno de los hombres más ricos del mundo la quiera de verdad?
Y si es así... ¿qué hace con su marido?
Un fin de semana con el multimillonario es una historia sexy para lectores maduros.
Emparejada por Contrato con el Alfa

Emparejada por Contrato con el Alfa

495k Vistas · Completado · CalebWhite
Mi vida perfecta se hizo añicos en un solo latido.
William—mi devastadoramente guapo y rico prometido hombre lobo destinado a convertirse en Delta—se suponía que sería mío para siempre. Después de cinco años juntos, estaba lista para caminar hacia el altar y reclamar mi felices para siempre.
En cambio, lo encontré con ella. Y su hijo.
Traicionada, sin trabajo y ahogada en las facturas médicas de mi padre, toqué fondo más duro de lo que jamás imaginé posible. Justo cuando pensaba que lo había perdido todo, la salvación llegó en la forma del hombre más peligroso que había encontrado.
Damien Sterling—futuro Alfa del Clan Sombra de la Luna Plateada y despiadado CEO de Sterling Group—deslizó un contrato sobre su escritorio con gracia depredadora.
—Firma esto, pequeña corza, y te daré todo lo que tu corazón desea. Riqueza. Poder. Venganza. Pero entiende esto—en el momento en que pongas la pluma en el papel, te conviertes en mía. Cuerpo, alma y todo lo demás.
Debí haber corrido. En cambio, firmé mi nombre y sellé mi destino.
Ahora pertenezco al Alfa. Y está a punto de mostrarme cuán salvaje puede ser el amor.
La Esposa Contractual del CEO

La Esposa Contractual del CEO

467.6k Vistas · En curso · Gregory Ellington
El mundo de Olivia Morgan se pone patas arriba cuando descubre a su novio traicionándola con su amiga. Devastada y ahogada en deudas, se ve empujada a un arreglo improbable con Alexander Carter, el frío y calculador CEO de Carter Enterprises. A cambio de un matrimonio de conveniencia de un año, Olivia recibe el dinero que desesperadamente necesita—y una promoción que nunca esperó. Pero a medida que su relación falsa difumina las líneas entre negocios y placer, Olivia se encuentra dividida entre el hombre que le ofrece todo y el rival de negocios que quiere su corazón. En un mundo donde la traición está a un paso y el deseo arde intensamente, Olivia debe navegar sus emociones, su carrera y un peligroso juego de poder, pasión y secretos. ¿Podrá mantener su corazón protegido mientras se adentra más en la red de lujuria y amor de un multimillonario? ¿O el frío corazón de Alexander se derretirá en el calor de su innegable química?
La Pareja Humana Urbana de Talla Grande del Alfa

La Pareja Humana Urbana de Talla Grande del Alfa

546.9k Vistas · Completado · Keisa Khaos
¿Qué sucede cuando un Alfa completamente enfocado en planear la ceremonia de apareamiento de su elegida huele el aroma más maravilloso y afrutado que pertenece a la curvilínea planificadora de ceremonias de apareamiento?

La segura y de talla grande Ji'lahni, junto con sus dos primas y una amiga, poseen una exitosa empresa de planificación de bodas, además de un estudio de baile y defensa personal. Son contratadas por su nueva amiga, que es como una madre para ellas, para planear la boda—es decir, la ceremonia de apareamiento—de su hijo.

¿Qué ocurrirá cuando estas mujeres atrevidas y de talla grande entren en el mundo de los hombres lobo?

Lee para descubrirlo.
La Novia Arreglada del Dios de la Guerra Alfa

La Novia Arreglada del Dios de la Guerra Alfa

657.7k Vistas · Completado · Riley Above Story
El día que Evelyn pensó que Liam le propondría matrimonio, él la sorprendió arrodillándose—para su hermanastra, Samantha. Como si esa traición no fuera suficiente, Evelyn descubrió la cruel verdad: sus padres ya habían decidido vender el futuro de una de sus hijas a un hombre peligroso: el infame Dios de la Guerra Alfa Alexander, de quien se rumoreaba que estaba marcado y lisiado después de un reciente accidente. Y la novia no podía ser su preciosa hija Samantha. Sin embargo, cuando el "feo y lisiado" Alfa reveló su verdadero ser—un multimillonario increíblemente guapo sin rastro de lesión—Samantha cambió de opinión. Estaba lista para dejar a Liam y tomar el lugar de Evelyn como la hija de la familia que debía casarse con Alexander.
Sin embargo, Alexander dejó clara su decisión al mundo: —Evelyn es la única mujer con la que me casaré.
Accardi

Accardi

286k Vistas · Completado · Allison Franklin
Él bajó sus labios hasta su oído.

—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.

Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.

—¿Qué quieres? —preguntó ella.

Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.

—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.

—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.

Él se rió contra su clavícula.

—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.


Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.