Capítulo 145 ¿Te atreves a llamarme tonto?

Todos contuvieron la respiración, con los ojos fijos en los dos dedos delgados frente a la cara de Isabella.

El siguiente segundo, una escena que desafiaba la creencia se desarrolló.

El látigo—con púas, carmesí y moviéndose tan rápido que dejaba una leve imagen residual—fue atrapado limpiamente en...

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