Capítulo 74: Susurros en el cristal

Adrienne

La oficina estaba en silencio cuando llegué, roto solo por el leve zumbido de la ventilación y el sonido apagado de mis tacones sobre el suelo. El sol apenas había salido; una luz pálida se deslizaba por el vidrio, demasiado débil para alcanzar las esquinas. Esta era la hora en la que ...

Inicia sesión y continúa leyendo