Capítulo 122 Despertar

El coche pasó lentamente, y traté de mantenerme erguida, pero terminé apoyándome en David. Él frunció el ceño, agarrándome por la nuca, su voz una mezcla de enojo y un toque de calidez.

—De verdad no sabes cuándo parar, ¿verdad? Beber tanto. Las mujeres son un fastidio.

Sus ojos mostraban una mezc...

Inicia sesión y continúa leyendo