Capítulo 144 El hielo que se derrite lentamente

—¿No trajiste paraguas? Toma, quédate con este. —De repente, una voz joven y aguda interrumpió mis pensamientos. Abrí los ojos y vi a una niña pequeña, de unos tres o cuatro años, en brazos de una mujer joven. La niña sostenía un paraguas pequeño con estampado de flores y me lo ofrecía. La mujer son...

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