Capítulo 185 David confiesa su amor

David, tranquilo como una lechuga, ni siquiera se inmutó. El puñetazo aterrizó con un ruido sordo, haciendo que la cabeza de David se girara y lo hiciera tambalear. La sangre brotó de su nariz, goteando por sus labios y barbilla, formando un pequeño charco en el suelo.

Pero David no contraatacó. En...

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