Capítulo 301 Atacarla es apuntarme a mí

El coche se detuvo en la entrada del club. Tan pronto como salí, el guardia de seguridad en la puerta prácticamente tropezó consigo mismo para saludarme con una gran sonrisa.

—¡Señorita Cooper! Qué honor tenerla aquí.

Extendió su mano para guiarme adentro. Asentí y lo seguí al interior del club. C...

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