36: Sangre inocente derramada

Un rugido colectivo lo respaldó. Los hombres levantaron sus armas, y supe que esa noche no solo habíamos ganado una batalla. Habíamos marcado el inicio de la guerra abierta, la que incendiaría los cimientos mismos del poder del Consejo.

Y en lo más profundo, sentí que nada —ni siquiera la sangre de...

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