Capítulo 152

RELATA SANTIAGO.

Terminando el almuerzo, subo hasta la habitación, cierro la puerta y la tomo en mis brazos para llevarla a la cama. Una vez ahí, le extiendo un regalo que le compré. Lentamente, abro la cajita y ella me mira con asombro.

—Amor, ¿es para mí?

—¿Tengo alguna otra esposa frente a mí...

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