101: Perdón, mamita.

La inocencia de Aria era algo que me desarmaba por completo, ella no tenía idea de lo que hablábamos y, a pesar de eso, se mostraba totalmente entusiasmada.

—¡Aria! —Alexandra se sonrojó al ver a nuestra hija —¡Ya te he dicho que no quiero que estés escuchando a escondidas!

—Han dejado la puerta a...

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