Capítulo 74 Una cita esta noche

—Mami ¿De verdad puedes caminar?

—No te preocupes, Alejandro, yo puedo hacerlo. —Mientras caminaba con mi hijo agarrado de una mano, Anastasia me sujetaba la otra con una suave sonrisa en el rostro.

Mi hijo se había convertido en mi protector, velando por mi bienestar según su criterio. Había vuel...

Inicia sesión y continúa leyendo