

Lazos de Pasión
Yumary piñero · En curso · 109.7k Palabras
Introducción
—Y tú estás peligrosamente hermosa cuando estás cansada —respondió, con esa voz ronca que me recorría el cuerpo como un escalofrío dulce.
Cinco años atrapada en un matrimonio sin amor.
Cinco años de silencios, ausencias… y traición.
Ana Lombardo fue la esposa perfecta para el hombre equivocado.
Cuando decide finalmente liberarse de Kendell Lesters, el arrogante y dominante magnate que un día juró amarla, descubre que su “nuevo comienzo” no será tan sencillo. Su ex mejor amiga está embarazada del que aún es su esposo. Y lo que debería ser el cierre de una historia rota… se convierte en el inicio de un juego peligroso.
El testamento del abuelo de Kendell lo cambia todo: para heredar su imperio, él debe seguir casado con Ana por un año más… y pasar con ella un mes entero en la cabaña del lago, sin nadie más. Ni Amanda. Ni su hijo. Solo ellos dos.
Ella acepta. Pero pone sus propias reglas.
Él las rompe.
Y entre discusiones, sarcasmos y besos robados… lo que estaba muerto comienza a arder.
Porque cuando el odio se mezcla con el deseo… nadie sale ileso.
Y esta historia apenas comienza.
Capítulo 1
Había estado casada con Kendell Lesters, un empresario multimillonario, de carácter fuerte, dominante, con un físico de infarto y la presencia imponente de un hombre que siempre conseguía lo que quería. O al menos, lo intentaba. Porque conmigo, no todo le salió como esperaba.
Mi nombre es Ana Lombardo: esposa, amiga, hermana y empresaria. Me casé muy enamorada de Kendell, y él, o eso creí ingenuamente, también lo estaba de mí. Al principio, lo creí todo. Sus miradas intensas, sus promesas susurradas, la forma en que me tomaba la mano en público como si quisiera que el mundo supiera que yo le pertenecía.
Pero todo era mentira.
Nuestro matrimonio nunca se consumó. Cinco años juntos y ni una sola noche como marido y mujer. Yo, que había soñado con su piel sobre la mía, con perderme entre sus brazos, terminé siendo la esposa decorativa que él exhibía como un trofeo. Una fachada perfecta para la sociedad, pero vacía por dentro.
Hasta hace un día.
Él llegó a casa, visiblemente molesto. Había bebido, lo noté en su mirada enturbiada, en la leve torpeza de sus movimientos al quitarse la chaqueta. Su camisa estaba desabotonada hasta la mitad, revelando la piel bronceada de su pecho, y su cabello, siempre prolijo, lucía desordenado, como si hubiera pasado las manos por él con frustración.
Intenté ignorarlo, fingir que no lo veía, que ya no me importaba. Pero entonces, lo hizo.
Me besó. Con hambre. Con rabia. Con ansias acumuladas durante cinco años. Y yo, como una tonta, me rendí.
Me odié por ello.
Se lo di todo.
En la mañana, cuando desperté, él ya no estaba. Se había marchado, dejando en la cama solo el eco de lo que había sido una noche que nunca debió suceder. Y yo… simplemente me prometí no volver a caer.
Ahora, mientras desayunaba, estaba decidida a terminar con todo. Tenía los documentos de divorcio listos, y con ellos, la voluntad férrea de arrancarlo de mi vida.
Pero entonces, él entró.
La puerta principal se cerró con fuerza tras él, resonando por toda la casa. El eco de sus pasos retumbó sobre el mármol, firmes, dominantes, como si todavía tuviera derecho a llenar el espacio con su presencia. Su traje oscuro estaba impecable, a pesar del leve desajuste de la corbata que indicaba que no había dormido bien. Su mirada gris estaba más fría que nunca, pero yo ya no temía ese hielo.
No levanté la vista. Me llevé la tostada a la boca, mordí con lentitud y masticé con calma, fingiendo que su presencia no alteraba en absoluto mi rutina. No iba a darle el poder de desestabilizarme.
—Necesitamos hablar —espetó, su voz grave, autoritaria.
Ni siquiera parpadeé. Tomé la servilleta de lino, limpié la comisura de mis labios con una parsimonia deliberada y finalmente lo miré con fingido desinterés.
—Tendrás que esperar a que termine de desayunar —dije, con voz pausada, casi aburrida—. Sabes que no puedo saltarme mis comidas. Oh, cierto… no sabes —rematé con sarcasmo, rodando los ojos con desdén.
Vi cómo su mandíbula se tensaba. Su gesto se endureció, pero no dijo nada. En cambio, sacó un sobre manila de su portafolio y lo arrojó sobre la mesa con un movimiento brusco.
—No puedo esperar que termines con tus caprichos. Necesito que firmes esto.
Su voz era cortante, casi impaciente. Como si le molestara tener que estar allí.
Bajé la mirada hacia el sobre y lo tomé con calma, saboreando la leve irritación en su expresión. Me tomé mi tiempo para abrirlo. Al desdoblar la primera hoja, mi estómago se contrajo.
Solicitud de divorcio.
Por un breve segundo, todo se detuvo. Mi corazón latió con fuerza, pero mi rostro no lo delató. No iba a concederle ni una sola muestra de debilidad.
Respiré hondo, fingiendo indiferencia, y le dediqué una sonrisa burlona.
—¿Puedo saber qué te llevó a tomar esta decisión? —pregunté con voz neutral, como si no me importara en absoluto.
Kendell clavó sus ojos en los míos. Su expresión era pétrea. Su mandíbula se contrajo levemente, como si le costara decirlo, pero al final, lo soltó.
—Amanda ha regresado. Se ha divorciado… y está embarazada. Es mi hijo.
El aire abandonó mis pulmones de golpe, pero no me inmuté. No parpadeé, ni siquiera fruncí el ceño. No iba a darle el gusto.
Amanda.
Mi ex mejor amiga.
La misma que solía jurarme lealtad, que conocía mis miedos más íntimos. La mujer que me había traicionado de la forma más vil.
Y ahora, iba a tener un hijo con mi esposo.
El veneno subió por mi garganta, pero mi voz sonó suave, letal.
—¿Estás seguro que es tuyo? —solté con una sonrisa de lado, con toda la malicia que pude reunir.
Sus ojos se oscurecieron al instante. La furia destelló en su mirada.
En un movimiento rápido, rodeó mi cuello con su mano, apretando con la fuerza justa para dejar claro que aún podía controlarme, pero no lo suficiente para lastimarme.
—¡No te pases! —gruñó, su aliento caliente rozando mi mejilla. Su voz era áspera, cargada de rabia contenida.
Lo miré directo a los ojos. No parpadeé. No temblé. No le di el placer de verme intimidada.
Cuando me soltó, respiré hondo, pero no toqué mi cuello. No iba a demostrar que me había afectado.
Con calma glacial, tomé el bolígrafo que descansaba junto a los documentos. Ni siquiera leí las cláusulas. No me importaban. No quería nada suyo.
—Puedes quedarte con todo —dije con la voz firme, mi mirada cortante—. Me gusta hacer donaciones a los pobres.
Vi cómo la incredulidad cruzaba su rostro.
—¿Eso es todo? ¿No te vas a quejar? —preguntó, incrédulo, como si esperara que me arrodillara ante él, que le suplicara.
Le sostuve la mirada. Fría. Vacía.
—No. Esto es todo.
Me levanté con dignidad, con la cabeza en alto. Di media vuelta y subí las escaleras.
Pero en cuanto cerré la puerta tras de mí, la máscara se rompió.
Me deslicé contra la madera, respirando con dificultad. Las lágrimas que había contenido durante toda la discusión comenzaron a rodar por mis mejillas, silenciosas y amargas.
Pero Kendell no lo sabría.
Nunca lo sabría.
Últimos capítulos
#114 Epilogo
Última actualización: 7/18/2025#113 Tengo que impedirlo
Última actualización: 7/18/2025#112 Volviendo a casa
Última actualización: 7/18/2025#111 Amor eterno
Última actualización: 7/18/2025#110 La hora de la verdad
Última actualización: 7/18/2025#109 ¿Aun lo amas?
Última actualización: 7/18/2025#108 Un cafe
Última actualización: 7/18/2025#107 Estar en su vida
Última actualización: 7/18/2025#106 El pasado siempre regresa
Última actualización: 7/18/2025#105 Fuimos todos
Última actualización: 7/18/2025
Te podría gustar 😍
Mi Esposo Quiere Un Matrimonio Abierto
El mundo de Julie se desmorona cuando su esposo, Ryan, revela que quiere un matrimonio abierto. Su razón: necesita un hijo ya que no han podido tener uno. Julie acepta a regañadientes para salvar su matrimonio.
Al día siguiente, Ryan regresa a casa con su secretaria, confirmando la sospecha de Julie de que su aventura estaba ocurriendo a sus espaldas.
Julie, con el corazón roto y llena de rabia, busca consuelo en un bar, donde conoce a un fascinante desconocido llamado Luke, quien cambia las reglas del juego. Julie se confía a Luke mientras beben, y él propone un plan arriesgado: él actuará como su "novio" para darle la vuelta a la situación con Ryan.
Julie acepta, desencadenando una serie de eventos que desafiarán todo lo que creía saber sobre el amor, la lealtad y sobre sí misma.
Una Reina de Hielo en Venta
Alice es una hermosa patinadora artística de dieciocho años. Su carrera está a punto de culminar cuando su cruel padrastro la vende a una familia adinerada, los Sullivan, para que se convierta en la esposa de su hijo menor. Alice asume que hay una razón por la que un hombre apuesto quiere casarse con una chica extraña, especialmente si la familia forma parte de una conocida organización criminal. ¿Encontrará la manera de derretir los corazones helados y dejarla ir? ¿O podrá escapar antes de que sea demasiado tarde?
Sr. Ryan
Se acercó con una expresión oscura y hambrienta,
tan cerca,
sus manos alcanzaron mi rostro y presionó su cuerpo contra el mío.
Su boca se apoderó de la mía con impaciencia, con un poco de rudeza.
Su lengua me dejó sin aliento.
«Si no vas conmigo, te follaré aquí mismo». Susurró.
Katherine mantuvo su virginidad durante años, incluso después de cumplir 18 años. Pero un día, conoció a un hombre extremadamente sexual, Nathan Ryan, en el club. Tenía los ojos azules más seductores que jamás haya visto, una barbilla bien definida, cabello rubio casi dorado, labios carnosos, perfectamente dibujados, y la sonrisa más asombrosa, con dientes perfectos y esos malditos hoyuelos. Increíblemente sexy.
Ella y él tuvieron una hermosa y sexy aventura de una noche...
Katherine pensó que tal vez no volvería a ver a ese hombre.
Pero el destino tiene otro plan
Katherine está a punto de asumir el puesto de asistente de un multimillonario propietario de una de las empresas más grandes del país y conocido por ser un hombre conquistador, autoritario y completamente irresistible. ¡Es Nathan Ryan!
¿Podrá Kate resistirse a los encantos de este hombre atractivo, poderoso y seductor?
Lea para conocer una relación desgarrada entre la ira y el deseo incontrolable de placer.
Advertencia: R18+, solo para lectores maduros.
Coronada por el Destino
—Ella solo sería una Criadora, tú serías la Luna. Una vez que esté embarazada, no la tocaría de nuevo —la mandíbula de mi pareja Leon se tensó.
Reí, un sonido amargo y roto.
—Eres increíble. Prefiero aceptar tu rechazo que vivir así.
——
Como una chica sin lobo, dejé a mi pareja y a mi manada atrás.
Entre los humanos, sobreviví convirtiéndome en una maestra de lo temporal: saltando de trabajo en trabajo... hasta que me convertí en la mejor bartender de un pequeño pueblo.
Ahí es donde me encontró el Alfa Adrian.
Nadie podía resistirse al encantador Adrian, y me uní a su misteriosa manada oculta en lo profundo del desierto.
El Torneo del Rey Alfa, que se celebra cada cuatro años, había comenzado. Más de cincuenta manadas de toda Norteamérica estaban compitiendo.
El mundo de los hombres lobo estaba al borde de una revolución. Fue entonces cuando volví a ver a Leon...
Dividida entre dos Alfas, no tenía idea de que lo que nos esperaba no era solo una competencia, sino una serie de pruebas brutales e implacables.
Sanando a Su Luna Rota....
Colmillos, Destino y Otras Malas Decisiones
Después de descubrir que su novio le había engañado, lo último que esperaba era tropezarse con un hombre herido en un callejón. Y definitivamente no uno con colmillos. Pero gracias a una mezcla de cócteles, vergüenza y sus cuestionables elecciones de vida, se lo lleva a casa. Resulta que no es cualquier vampiro—es un rey. Y según él, ella es su compañera predestinada.
Ahora, está atrapada con un chupasangre sobreprotector y taciturno que sigue rescatándola, una lista creciente de enemigos que quieren matarla, y una atracción innegable que hace muy difícil recordar por qué enamorarse de un vampiro es una terrible idea.
Porque si no tiene cuidado, no solo perderá su corazón—perderá su humanidad.
Empezar de Nuevo
© 2020-2021 Val Sims. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta novela puede reproducirse, distribuirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, incluidas las fotocopias, la grabación u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso previo por escrito del autor y los editores.
Dejando Ir
Esa fatídica noche lleva a Molly y a su mejor amigo Tom a guardar un secreto muy cerca de sus corazones, pero mantener este secreto también podría significar destruir cualquier oportunidad de un nuevo futuro para Molly.
Cuando el hermano mayor de Tom, Christian, conoce a Molly, su disgusto por ella es instantáneo y hace poco esfuerzo por ocultarlo. El problema es que se siente atraído por ella tanto como la detesta, y mantenerse alejado de ella empieza a convertirse en una batalla, una batalla que no está seguro de poder ganar.
Cuando el secreto de Molly se revela y ella se ve obligada a enfrentar el dolor de su pasado, ¿podrá encontrar la fuerza para quedarse y superar el dolor o huirá de todo lo que conoce, incluyendo al único hombre que le da esperanza de un futuro feliz? Una esperanza que nunca pensó volver a sentir.
Amor, curvas y desamor
Su mano está entre mis piernas, y de nuevo empezó a acariciarme, por dentro y por fuera, como si quisiera conocerme por completo. Creo que nunca en mi vida un hombre me tocó así.
Pero Ethan estaba decidido, empezó a frotar, a empujar, y no pude evitarlo mientras lloraba de placer, arqueando la espalda y temblando. Tengo las manos presionadas contra su espalda y me clavan las uñas.
Empujó un dedo dentro de mí, hacia afuera y hacia adentro, frotándose con el pulgar en ese lugar que me volvió loca. Siguió haciéndolo, haciendo que mis entrañas suban más y más, hasta que estuve lista para mi clímax.
«Ethan, Dios mío...» gimo, incapaz de hablar.
Estaba demasiado ocupado respirando y gimiendo tratando de mantenerme firme. Grité, empujando mi corazón contra su mano porque quería más y más.
¿Qué harías si el hombre que destruyó tu vida volviera a aparecer?
Priscilla descubre que el nuevo cliente importante de su trabajo es su infancia y su primer enamoramiento... pero el hombre que la persiguió en su adolescencia.
Lo oyó claramente decir: «» ¿Por qué querrías salir con esa... chica? ¿Quieres ser una broma? A menos que te gusten las chicas... con mucho sobrepeso... como un cerdito»... y ahí es cuando empezó la pesadilla.
Pero ahora Ethan regresa y no hace más que perseguir a Priscilla.
¿Podrá olvidar lo que hizo? ¿Podrá huir de Ethan? ¿Qué interés tiene de repente en ella después de todo este tiempo?
Una Noche de Pasión con Mi Jefe
¿Casada con un Marido Feo? ¡No!
Mi malintencionada hermanastra me amenazó con matar a mi hermano y me obligó a casarme con un hombre del que se rumoreaba que era indescriptiblemente feo. No tuve más opción que obedecer.
Sin embargo, después de la boda, descubrí que este hombre no era nada feo; al contrario, era a la vez guapo y encantador, ¡y además era multimillonario!
La niñera del Sr. Billionaire
«Abre las piernas», su voz fue repentina y me sacó de mis pensamientos. Por impulso, mis piernas se movieron por sí solas y se abrieron más.
«Buena chica», apartó mis bragas a un lado, y sentí mi cara roja como un tomate.
«Estás tan mojada para mí». Susurró y luego pasó un dedo por mi hendidura sintiendo lo mojada que estaba, haciéndome soltar un fuerte gemido.
Su amiga la drogó y terminó teniendo una aventura de una noche con un extraño, lo que resultó en un embarazo.
No es fanática del aborto, mantuvo el embarazo. Se burlaron de ella, la rechazaron por estar embarazada sin conocer al padre del niño.
Le robaron a su bebé de un mes, lo que la dejó traumatizada después de varios intentos de buscarla sin resultados. Desarrolló una fobia a estar rodeada de niños.
Siete años después, estaba endeudada y necesitaba dinero desesperadamente. En busca de trabajo, se encontró con un anuncio de un multimillonario que buscaba una niñera para su hija de siete años.
¿Qué pasó cuando la niña a la que tenía que cuidar era su copia exacta?
¿Es su nuevo jefe el extraño que la dejó embarazada?
¿Es su madre biológica?
Haga clic en «leer» para averiguarlo.