NovelaGO
Madre soltera, amor de dos.

Madre soltera, amor de dos.

Sergio Rocha · Completado · 161.0k Palabras

331
Tendencia
389.2k
Vistas
25.9k
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

Berenice Swan es una joven madre soltera que ha tenido una vida difícil y que dedica su vida a su amado hijo quien es su única motivación para vivir. Cerrada al amor, no desea volver a involucrarse con ningún hombre después de haber sido abandonada por aquel que le juro amor eterno. Emerson Harker, es un hombre multimillonario de actitud fría y déspota, que ha perdido a sus padres para después de ello convertirse en un hombre receloso del mundo. Sin embargo, la vida de ambos cambiara, cuando el destino reúna a jefe y asistente en la vida fuera del trabajo, y sus caminos terminen entrelazados. Emerson aprenderá a confiar en los demás en los brazos de aquella madre soltera y su pequeño hijo.

Capítulo 1

8:35 de la mañana. ¡Por dios voy a llegar tarde otra vez! Sería la tercera vez en la semana, pero no era mi culpa; hacía todo lo que podía para llegar a tiempo, pero sinceramente no podía.

—Vamos Dante se nos hace tarde —le dije a mi pequeño.

—¿No vene tía Rosario, mami? —Me preguntó con su dulce vocecita.

—No bebé, tía Rose está trabajando, vamos. —Le expliqué mientras guardaba sus pertenencias en su pequeña mochila.

Salimos rápidamente del departamento y fuimos a la parada del autobús. Para mi suerte no tardó demasiado. Bajamos en la estación correspondiente y fuimos a paso rápido hasta el jardín maternal. Visualicé el reloj y eran las nueve de la mañana. ¡Genial!, a esta hora tendría que estar en la oficina.

—Hola Berenice, hola Dante. —Nos saludó Antonella, su maestra.

—Hola Antonella, te lo dejo, lo paso a buscar a las cinco y media —le dije a su maestra—. Adiós cielo luego paso por ti, pórtate bien, te quiero mucho —me agaché a su altura y me despedí dejándole un beso en el tope de su cabeza.

—Yo tamben te tero mamita —respondió moviendo sus manitas entrando al jardín maternal.

Odiaba dejarlo solito con tan solo casi tres años, pero no tenía con quien dejarlo. Con la única que podía contar era con Rosario, quien esta semana estaba haciendo una suplencia a la mañana y le era imposible traer a Dante al jardín de niños, era por eso que me volvía pulpo tratando de hacer todas las cosas yo sola. Lo único que temía era que me despidieran de mi empleo, pero nada era más importante que mi hijo.

Fui hasta la parada del metro, otra vez. Por suerte nuevamente no tardó mucho. Prácticamente corrí las calles para llegar a la oficina. Una vez que estuve dentro del edificio ni siquiera esperé el ascensor, fui por las escaleras para hacer más rápido. Llegué a mi lugar de trabajo totalmente cansada y agitada por correr tanto. Miré mi reloj y ya eran las nueve y media. Seguí caminando sin mirar y me choqué con algo duro. Cuando subí la cabeza para ver que me llevé por delante vi esos ojos fríos que me miraban con el ceño fruncido.

Hoy no era mi día de suerte.

—Berenice —habló mi jefe con voz dura—. Hoy es el tercer día que llegas tarde. Tuve que atender las llamadas yo. ¿Te parece correcto? Te pago para que hagas ese trabajo y lo tengo que realizar yo. Sabes que no me va a temblar la voz para despedirte, si todavía sigues aquí es porque eres una de las mejorcitas secretarias que tengo. Pero tengo un límite y tú ya lo estas pasando —me regañó mirándome fijamente con esos ojos inexpresivos—. Solo pásame las llamadas de urgencia, hoy tengo una reunión importante y no quiero que nadie interrumpa.

—Muy bien Señor Harker —le respondí con la cabeza gacha.

—Cuida tu puesto de trabajo Berenice, que sea la última vez que llegas tarde. Sabes que odio la impuntualidad —agregó metiéndose a su oficina.

Rápidamente me puse en mi lugar y comencé a fijarme la agenda de mi jefe. Para realizar este trabajo tenía que tener muchísima paciencia. Emerson Harker —mi ermitaño jefe—era conocido como el témpano Harker.

Lo describían malhumorado, frío, calculador, gruñón y arrogante. Sinceramente es así como era. No le importaba si tenías algún problema o lo que sea, siempre tenías que estar dispuesta a lo que sea que necesite, a la hora que sea y cómo sea. Tenía muchas diferencias con él, pero no le podía decir ni una sola palabra, gracias a él le estaba dando un futuro prometedor a mi hijo.

—Hoy vino más gruñón que de costumbre, ¿no es así? —Preguntó Jessica, una amiga y compañera de trabajo.

—La verdad es que si, pero ya me estoy acostumbrando —respondí revisando unos papeles.

—La verdad Berenice no sé cómo aguantas, yo ya lo habría mandado a la mierda.

—No me queda otra Jess. No creo poder encontrar otro trabajo que me pague tan bien como este. Gracias a él no tengo que tener dos empleos y a Dante le puedo dar algunos gustos —respondí sinceramente.

—Tienes razón, el témpano para bien —sonrió—. Pero yo no aguantaría un segundo siendo su secretaria. La verdad es que te compadezco amiga.

—Hay que pensar en positivo Jess —contesté encogiéndome de hombros—. ¿Cómo están Fernando y Clarise?

—Oh, están creciendo rápidamente, en unas semanas es el cumpleaños de Fernando, por supuesto que tanto como tú y Dante están invitados —dijo con brillo en sus ojos.

—Muchas gracias; Dante se va a poner muy contento —contesté con una sonrisa.

Jessica era una de las pocas amigas que tenía en el trabajo. Era madre de dos niños preciosos: Fernando, el mayor que cumpliría 4 años y Clarise que solo tenía 2. Dante se llevaba de maravillas con Fernando, se divertían mucho cuando estaban juntos. Jess fue con una de las primeras personas con las que comencé a hablar, ella llevaba trabajando en la Corporación Harker hace más de tres años y me ayudó muchísimo a encontrar el ritmo que aquí se requería. Estaba muy agradecida con ella y su familia, ya que me orientaron y me dieron una mano cuando recién me mudé a esta ciudad.

—Berenice ven para acá rápidamente —me habló el señor Harker desde el intercomunicador de la mesada.

—Suerte —dijo mi amiga burlona.

Yo solo giré los ojos y fui hasta la oficina del “témpano Harker”. Al llegar a la puerta golpeé y escuché el “adelante” del otro lado.

—Señor Harker —dije con voz profesional una vez que entré hacia la oficina.

—Siéntate —ordenó y yo rápidamente obedecí—. ¿Qué hay mañana? —preguntó con la mirada fija en la computadora.

—Reunión a las 11 AM con el señor Eleazar Esposito —contesté mecánicamente—, y por la noche una fiesta de inauguración del nuevo Hotel en el centro de la cuidad. El, como siempre, tenia la vista clavada en los papeles, me preguntaba si alguna vez me había visto o solo conocía mi voz.

—Oh si, recuerdo eso. Muy bien, mañana te quiero a las ocho en punto. Necesito que me ayudes a hacer el discurso para la noche. Ya sabes a ti te dan bien los discursos.

Me quedé callada unos instantes. No podría estar tan temprano mañana, tenía que llevar a Dante a la guardería y me era imposible dejarlo al cuidado de otra persona de confianza.

—Señor Harker —empecé a hablar nerviosamente, jugueteando con mis dedos—. Disculpe mi atrevimiento, pero… ¿no podría venir a la misma hora de siempre? Si desea puedo hacerle el discurso hoy mismo, pero me es imposible venir antes.

—Berenice a ver si comprendes —dijo dejando de visualizar el ordenador y mirándome fijamente con esa mirada dura, característica en él —. El que da las órdenes aquí soy yo. Cuando firmaste el contrato de empleo, ahí bien especificaba que tenías que estar disponible para mí las veinticuatro horas del día si es así lo que requiero. Acuérdate que no solo eres mi secretaria, sino que también ahora eres mi asistente personal —concluyó y yo abrí los ojos sorprendida.

—¿Asistente personal? —pregunté confundida.

—Así es, sé que no hay una persona más eficiente que tú en la empresa y te necesito para ambas cosas. No te preocupes que te aumentaré el sueldo. Así que ahora, con mayor razón, te necesito a mi disposición todo el tiempo. Empezando por mañana. —Volvió a clavar su vista en la pantalla del ordenador y añadió—: No se habla más, mañana a las ocho horas, ningún minuto más ni ningún minuto menos. Puedes retirarte —concluyó y me tragué toda la furia que sentía por dentro.

El resto del día pasó sin mayores sobresaltos. Todo era lo mismo, atender llamadas, pasar las importantes al odioso de mi jefe y las que no importaban meterles excusas para que no molesten. Cuando dieron las cinco salí disparada para buscar a mi bebé. Esa era mi rutina de todos los días. Apenas terminaba mi horario de trabajo me iba hacia la guardería para pasar a buscar a mi pequeño hijo.

Cuando llegué a mi destino la carita feliz de Dante hizo que todos los problemas pasaran. Era por él el motivo que luchaba todos los días y soportaba lo que sea con tal de poder darle todo a mi hijo y que no le faltara nada.

—¡Mami! —exclamó mi bebé mientras venia corriendo hacia mí.

—Dante —respondí arrodillándome y abriendo mis brazos para recibirlo.

—Te tañe mucho mami —dijo escondiendo su cabecita en mi pecho.

—Y yo a ti amor —respondí dándole un beso en el cabello—. ¿Vamos a casa?

—¡Siii! —exclamó dando saltitos.

Nos despedimos de Antonella y fuimos rumbo a nuestro hogar. Cuando llegamos, luego de unos cuarenta minutos debido a que el ómnibus había tardado más de la cuenta, mi hermana Rosario nos esperaba con una rica merienda.

—¿Cómo está el niño más lindo de todo el mundo? —dijo Rose cuando llegamos. Dante largó una fuerte carcajada y se fue hacia sus brazos.

—Bien Tía Rosario —contestó sonriendo de oreja a oreja.

—¿Y para mí no hay saludo? —me hice la enojada

—Oh, claro. Vamos a saludar a tu mami o si no se enoja –le dijo en “secreto” a Dante—. Hola Berenice —me saludó acercándose a mí y me dio un beso en la mejilla

—Tengo hambe —señaló mi pequeño tocándose su pancita.

—Ya está todo vamos a comer antes de que se enfríe.

Nos fuimos hacia el comedor y comimos la rica cena que preparó mi hermana.

Rosario era mi hermana mayor, tenía dos años más que yo. Siempre fuimos muy unidas y teníamos una muy buena relación. Hacía tres años que vivíamos juntas. Recuerdo que el mismo día que terminé de mudarme aquí, nació Dante por la noche, fue una muy linda noticia después de la tragedia que sucedió solo días antes.

No tenía ningún familiar que no fuera Rosario, nuestro padre Antonio Swan había fallecido cuando yo tenía doce años y nuestra madre Renée cuando cumplí los diecisiete. Es por esa razón que Rose tuvo que hacerse cargo de la situación y sacarnos adelante.

Fue un golpe muy duro para las dos. Ambas quedamos solas y desprotegidas. Nuestros padres no tenían hermanos, por los cuales no teníamos tíos ni tampoco familiares cercanos. Al no tener otra alternativa, Rose se puso a trabajar en un restaurant abandonando su carrera de chef profesional que era su sueño, para poder tener que comer. Cuando yo le había dicho que quería trabajar para ayudar en la casa, ella negó rotundamente diciendo que me tenía que dedicar a mis estudios. Y así lo hice, había comenzado a estudiar administración de empresas, pero lo dejé a los dos años porque salía mucho dinero y no teníamos como solventarlo, es por eso que hice el curso para ser secretaria. Pero nunca había ejercido esa profesión, hasta hace dos años que fue que empecé a trabajar en la Corporación Harker.

A mi hermana Rose, le iba de maravillas en el restaurant, tanto así que se terminó casando con el dueño de éste. No solo encontró trabajo si no también al amor de su vida. Ella y Ernest —mi cuñado— ya llevan seis años juntos y se les nota que son muy felices.

Vivíamos todos juntos en el departamento de ellos hacia tres años que fue cuando me mudé a esta nueva cuidad. Nosotras éramos de un pequeño pueblo llamado Forks, pero debido a las circunstancias, mi hermana se había mudado a Chicago para abrir otro restaurant y yo elegí quedarme en nuestra ciudad natal, claro que luego me mudé con ella, porque no podía vivir en el mismo lugar donde lo recordara todo el tiempo. Igualmente yo estaba ahorrando para poder comprarme mi propia casa, para darles privacidad, pero hoy en día poder comprar algún inmobiliario estaba carísimo y no tenía el dinero suficiente para lograrlo. Si bien el departamento no era tan grande hacíamos lo posible para arreglarnos.

—¡Hola, Hola! —saludó Ernest entrando por la puerta.

—¡Tío oso! —exclamó mi pequeño yendo hacia él.

—¿Cómo estás, campeón? —lo alzó por los aires y comenzó a dar vueltas juntó a él.

—Ernest bájalo —regañó Rose a su marido—. Recién comió.

—Lo siento —dijo rascándose la nuca acercándose a saludarnos.

Cuando terminamos de comer, llevé a Dante al baño para ducharlo. Una vez que terminé, me di una ducha relajante. Todavía mi cabeza trataba de encontrar la solución para llegar a tiempo a mi trabajo sin descuidar a mi hijo. No me quedaba otra alternativa que pedirle ayuda a mi hermana.

—Rose —la llamé cuando me fui hacia la sala que era donde se encontraba mirando televisión.

—Dime —respondió, dándome esa mirada cálida que me hacía recordar tanto a nuestra madre.

—Necesito un favor –pedí cabizbaja. Odiaba aprovecharme de tanta hospitalidad, pero no tenía otra opción.

—Lo que quieras.

—Necesito que mañana lleves a Dante a la guardería, es que mi jefe me necesita a las ocho y no puedo llegar tarde. No tengo forma de llevar a Dante, odio pedirte todo esto, pero no tengo opción —dije mordiéndome el labio.

—Sabes que no es ningún problema, voy a tener que llamar a alguien para que cubra ese horario, pero mi sobrino es más importante.

—Gracias Rose, no sabes cuánto te agradezco —la abracé fuertemente.

—¿Para qué estamos las hermanas? —Dijo con una sonrisa—. ¿Por qué esa cara?

—Es que me pudre toda esta situación Rose, no le puedo dar el tiempo suficiente a mi hijo y encima ahora el gruñón de mi jefe me asigna como su asistente personal.

—¡¿Qué?! —exclamó atónita.

—Lo que dije —suspiré—, ahora voy a tener menos tiempo todavía —agregué tapándome el rostro con ambas manos.

—Trata de ser positiva Berenice. Y por Dante… no te preocupes sabes que él te ama, y no se va a enojar contigo, todo lo que haces es por él —murmuró y justo entraba mi bebé viniendo hacia nosotras.

—Mami, tengo sueñito —dijo refregándose el ojito.

—Vamos a acostarnos —conteste parándome y lo alcé—. Dile buenas noches a tus tíos —pedí una vez que Ernest entró a la sala.

—Bunas noches tíos —dijo con una sonrisa, aunque ahogó un bostezo.

—Que descanses Dante —les respondieron al unísono.

Fuimos hacia nuestra habitación y lo vestí con el pijama. Lo acosté en el medio de la cama que compartíamos y comencé a tararear la canción que le cantaba desde que estaba en mi vientre.

—Quiedo que me cuentes un cuento —pidió, acomodando su cabecita en la almohada de Cars.

—¿Cuál quieres?

—El pincipito —dijo y mis ojos se llenaron de lágrimas, miré hacia arriba para que no salieran hacia el exterior—. ¿Ese era favorito de papá? —preguntó con su dulce vocecita.

—Si cariño, ese era —contesté yendo hacia la repisa donde tenía sus libros de cuentos.

Fui nuevamente hacia la cama y comencé a leérselo. A las tres páginas de comenzar se quedó profundamente dormido. Me acerqué hasta su frente y le deje un beso allí.

Él era la personita que más amaba en este mundo y por la cual daría todo con tal de verlo feliz. No era fácil ser madre soltera y tener que criarlo sola. Porque por más que tuviera a Rosario y a Ernest conmigo yo tenía que ejercer tanto el papel de madre como de padre y era muy difícil. Trataba de hacer lo mejor posible, pero muchas veces tenía recaídas como ahora.

¿Por qué la vida es tan injusta y te saca de tu lado a las personas que más amas?

Me limpié las lágrimas que lograron salir y me puse el pijama dispuesta a dormir al lado de mi pequeño. Abracé su pequeño cuerpecito y sentí como su cabeza se acomodaba en mi pecho.

¿Por qué nos abandonaste? —Pensé y me dejé vencer por el sueño.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

2.1m Vistas · En curso · Oguike Queeneth
—Estás tan mojada. —Me mordió la piel y me levantó para hundirme en su longitud.

—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.

—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.

—S..sí —jadeé.


Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.

Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.

¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
Mi Luna Marcada

Mi Luna Marcada

748.5k Vistas · Completado · Sunshine Princess
—¿Vas a seguir desobedeciéndome? —pregunta, su mirada fría y dura.
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!


La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

1.1m Vistas · En curso · Esther Olabamidele
—Mátala y quema su cuerpo.

Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.

Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...

Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.

Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...

Frío.

Mortal.

Implacable.

Su presencia era el infierno mismo.

Su nombre un susurro de terror.

Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe

Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.

Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
De Mejor Amigo a Prometido

De Mejor Amigo a Prometido

697.9k Vistas · En curso · Page Hunter
Savannah Hart pensó que había superado a Dean Archer —hasta que su hermana, Chloe, anunció que se casaba con él. El mismo hombre que Savannah nunca dejó de amar. El hombre que la dejó con el corazón roto… y que ahora pertenece a su hermana.

Una semana de boda en New Hope. Una mansión llena de invitados. Y una dama de honor muy resentida.

Para sobrevivir, Savannah lleva una cita —su encantador y pulcro mejor amigo, Roman Blackwood. El único hombre que siempre la ha apoyado. Le debe un favor, y fingir ser su prometido? Fácil.

Hasta que los besos falsos empiezan a sentirse reales.

Ahora Savannah está dividida entre mantener la farsa… o arriesgarlo todo por el único hombre del que nunca debió enamorarse.
Dura en Disfraz

Dura en Disfraz

1.5m Vistas · Completado · Sherry
—Todos fuera—ordené entre dientes—. Ahora.

—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.

—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.

Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.

En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.

La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.

Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.

No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
Yo y Mi Esposo Multimillonario

Yo y Mi Esposo Multimillonario

580.8k Vistas · Completado · Jady-J
Aurora, una vez conocida como la mejor asesina, renace en la familia Pendleton como la hija menos favorecida y más ridiculizada. ¿Sobrepeso? No hay problema, ¡nunca es tarde para perder peso! ¿Débil e impotente? No te preocupes, ¡nunca es tarde para levantarse! ¿Tímida y fácilmente acosada? No importa, ¡ahora es el momento de transformarse en una reina astuta!
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

5.3m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Perfecto bastardo

Perfecto bastardo

5.8m Vistas · En curso · Mary D. Sant
Él levantó mis brazos, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza.

—Dime que no te acostaste con él, maldita sea —exigió entre dientes apretados.

—¡Vete al diablo, hijo de puta! —le respondí, intentando liberarme.

—¡Dilo! —gruñó, usando una mano para sujetar mi barbilla.

—¿Crees que soy una zorra?

—¿Entonces es un no?

—¡Vete al infierno!

—Bien. Eso es todo lo que necesitaba escuchar —dijo, levantando mi top negro con una mano, exponiendo mis pechos y enviando una oleada de adrenalina a través de mi cuerpo.

—¿Qué demonios estás haciendo? —jadeé mientras él miraba mis pechos con una sonrisa satisfecha.

Pasó un dedo sobre una de las marcas que había dejado justo debajo de uno de mis pezones.

¿El bastardo estaba admirando las marcas que me había dejado?

—Envuélveme con tus piernas —ordenó.

Se inclinó lo suficiente como para tomar mi pecho en su boca, chupando con fuerza un pezón. Me mordí el labio inferior para ahogar un gemido mientras él mordía, haciéndome arquear el pecho hacia él.

—Voy a soltar tus manos; no te atrevas a intentar detenerme.



Bastardo, arrogante y completamente irresistible, el tipo exacto de hombre con el que Ellie juró que nunca volvería a involucrarse. Pero cuando el hermano de su amiga regresa a la ciudad, se encuentra peligrosamente cerca de sucumbir a sus deseos más salvajes.

Ella es irritante, inteligente, sexy, completamente loca, y también está volviendo loco a Ethan Morgan.

Lo que comenzó como un simple juego ahora lo atormenta. No puede sacarla de su cabeza, pero nunca permitirá que nadie entre en su corazón de nuevo.

Incluso cuando ambos luchan con todas sus fuerzas contra esta ardiente atracción, ¿podrán resistirse?
Placeres culposos

Placeres culposos

642.7k Vistas · En curso · Isabella
—¡Joder! Que apretada estás …— Espeto agitado por atravesarme con su 18 cm. Mientras yo me mantengo calmada, suficientemente mojada y excitada para soportarlo.— ¡Oh, demonios! Eres señorita, eso sí que es una sorpresa bomboncito, pero no te preocupes, lo haré inolvidable.


¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.

Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
Accardi

Accardi

430.3k Vistas · Completado · Allison Franklin
Él bajó sus labios hasta su oído.

—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.

Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.

—¿Qué quieres? —preguntó ella.

Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.

—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.

—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.

Él se rió contra su clavícula.

—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.


Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.
La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

342.8k Vistas · En curso · Becky j
—¡El compañero está aquí!
¿Qué? No—espera… oh Diosa Luna, no.
Por favor, dime que estás bromeando, Lex.
Pero no lo está. Puedo sentir su emoción burbujeando bajo mi piel, mientras que todo lo que siento es pavor.
Doblamos la esquina y el aroma me golpea como un puñetazo en el pecho—canela y algo increíblemente cálido. Mis ojos recorren la habitación hasta que se posan en él. Alto. Imponente. Hermoso.
Y luego, tan rápido como… me ve.
Su expresión se tuerce.
—Joder, no.
Se da vuelta—y corre.
Mi compañero me ve y corre.

Bonnie ha pasado toda su vida siendo destruida y abusada por las personas más cercanas a ella, incluida su propia hermana gemela. Junto a su mejor amiga Lilly, que también vive una vida de infierno, planean escapar mientras asisten al baile más grande del año que está siendo organizado por otra manada, solo que las cosas no salen como planeaban, dejando a ambas chicas sintiéndose perdidas e inseguras sobre su futuro.

El Alfa Nicholas tiene 28 años, sin compañera, y no tiene planes de cambiar eso. Este año le toca organizar el Baile Anual de la Luna Azul y lo último que espera es encontrar a su compañera. Lo que espera aún menos es que su compañera sea 10 años menor que él y cómo su cuerpo reacciona ante ella. Mientras intenta negarse a reconocer que ha encontrado a su compañera, su mundo se pone patas arriba después de que los guardias atrapan a dos lobas corriendo por sus tierras.

Una vez que las traen ante él, se encuentra nuevamente frente a su compañera y descubre que ella esconde secretos que lo harán querer matar a más de una persona.
¿Podrá superar sus sentimientos hacia tener una compañera y una que es tan joven? ¿Su compañera lo querrá después de sentir el dolor de su rechazo no oficial? ¿Podrán ambos trabajar en dejar atrás el pasado y avanzar juntos o tendrá el destino otros planes y los mantendrá separados?
Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

315.7k Vistas · En curso · Jessica C. Dolan
Ser el segundo mejor está prácticamente en mi ADN. Mi hermana recibió el amor, la atención, el protagonismo. Y ahora, incluso su maldito prometido.

Técnicamente, Rhys Granger era mi prometido ahora—millonario, increíblemente atractivo y un sueño húmedo de Wall Street. Mis padres me empujaron hacia el compromiso después de que Catherine desapareciera, y honestamente? No me importó. Había estado enamorada de Rhys durante años. Esta era mi oportunidad, ¿verdad? ¿Mi turno de ser la elegida?

Error.

Una noche, me abofeteó. Por una taza. Una estúpida, rota y fea taza que mi hermana le dio hace años. Fue entonces cuando me di cuenta—él no me amaba. Ni siquiera me veía. Solo era un reemplazo cálido para la mujer que realmente quería. Y aparentemente, ni siquiera valía tanto como una taza de café glorificada.

Así que lo abofeteé de vuelta, lo dejé y me preparé para el desastre—mis padres perdiendo la cabeza, Rhys teniendo una rabieta de millonario, su aterradora familia planeando mi prematura desaparición.

Obviamente, necesitaba alcohol. Mucho alcohol.

Entra él.

Alto, peligroso, injustamente atractivo. El tipo de hombre que te hace querer pecar solo por existir. Lo había conocido solo una vez antes, y esa noche, él simplemente estaba en el mismo bar que mi yo borracha y compadeciéndose de sí misma. Así que hice lo único lógico: lo arrastré a una habitación de hotel y le arranqué la ropa.

Fue imprudente. Fue estúpido. Fue completamente desaconsejado.

Pero también fue: El. Mejor. Sexo. De. Mi. Vida.

Y, como resultó, la mejor decisión que había tomado.

Porque mi aventura de una noche no es solo un tipo cualquiera. Es más rico que Rhys, más poderoso que toda mi familia, y definitivamente más peligroso de lo que debería estar jugando.

Y ahora, él no me va a dejar ir.