NovelaGO
Mi señor

Mi señor

rocio guillen parra · En curso · 58.3k Palabras

1.1k
Tendencia
10.5k
Vistas
2k
Agregado
Agregar a estante
Comenzar a leer
Compartir:facebooktwitterpinterestwhatsappreddit

Introducción

La hija de un político muy importante de Estados Unidos conoce en una fiesta de estado a su Ssalvador y su verdugo a la vez. El príncipe de Arabia.
La belleza de la joven deja prendado al príncipe que la reclama como suya nada más verla y sin que nadie imagine lo que hará para tenerla. Ninguno de los dos imagina a donde les llevará su unión. Cómo será que se reencontrarán.
Un enorme secreto envuelve la pasión a la que la chica es sometida por él.
Entre la amenaza de morir y el deseo que las órdenes del príncipe le provocan crece la lujuria y el amor entre ambos.
Ambos esconden un gran secreto al otro y ninguno puede soportar la pasión que se despierta entre ellos siempre que están juntos.
Una historia rodeada de misterios, amenazas y atentados donde la pasión y el amor cobran un sentido extremo entre las arenas de un desierto cuyo único fin es hacer arder la pasión entre ambos.

Capítulo 1

Aquella noche la bruma era tan espesa que no sabría decir si era el preludio a lo que vendría o simplemente el universo reconciéndolo a él tan cerca de mi. O tal vez un evento climático más pero yo sentía que algo escondía aquel celaje.

Para entonces no podíamos saber que algo como aquello pasaría. Nosotros no podíamos saber nada.

Yo me dedicaba a ver a través del cristal de la escotilla de mi camarote como la ciudad nos esperaba del otro lado de la bahía. Para ella era una noche más...simplemente.

Mi padre ofrecía una de sus comunes cenas de estado a borde de su yate de lujo de setenta metros de eslora, era un político en ascenso en ese momento y yo tenía que ir junto a él y mi madre a cada evento como aquel, aunque confieso que me aburrían; pero no podía dejarle solo. Y de cierta forma cumplía una función siempre,  aunque esa noche fuera distinta.

No soportaba la bruma que se acumulaba sobre el mar, ni el bullicio de los invitados, ni las miradas sobre mi cuerpo de algún que otro degenerado que me desnudaba con la vista pero esa noche era distinta,  me lo repetía todo el tiempo. Esa noche sentía que algo más fuerte que yo acechaba por todos lados. Era como si una fuerte premonición dominara mis sentidos y en el fondo, me excitaba saberme acosada.

—Su padre la espera ya, señorita Alice —me distrajo la llamada de uno de los guardias de papá.

—¡Voy!

Dejó de llamar a mi puerta cuando oyó mi cortante voz. A veces detestaba todo aquello, me enfermaba fingir. No había nacido para eso y ser cada vez más notablemente el camino a seguir me ponía peor.

Mi padre quería casarme con alguien a mi altura según su percepción, y yo... yo solo quería de un hombre la pasión, la lujuria, la lascivia de sentirme suya pero no el compromiso. Cualquiera que se casara conmigo acabaría descubriendo mi secreto y ese era uno peligroso de explicar.

Abrí la puerta de mi camarote tomando la cola de  mi vestido verde esmeralda en mi mano derecha y subí a cubierta taconeando por la madera barnizada. Perfumado todo allí donde iba.

Tuve que mirar a atrás más de dos veces, no perdía esa sensación de persecución, no lograba salirme de ella. Casi podía oler su presencia, como me vigilada en la distancia, me observaba de lejos... y decidí esperar que apareciera. Mi pierna llevaba atada con su correa la navaja así que tendría que hacer uso de mis reflejos más que de mis habilidades para sobrevivir. No tenía opción.

Cuando me introduje en la fiesta me recorrió un escalofrío al notar una mirada recorrerme por entero, lo sentí en cada poro de mi piel. Entomces lo ví...

Sus ojos eran los más verdes que había visto jamás, el traje de tres piezas le quedaba tan justo que sabía que tenía un cuerpo prodigioso bajo tanta tela. Esa boca que se adhería a una copa de coñac parecía pecaminosa en la distancia. No me quería imaginar lo que sería verla de cerca, tocarla, olerla... tomarla en mis labios.

Él era el hombre que yo buscaba y parecía ser yo la mujer que buscaba él porque sus ojos mordían mi cuerpo sin compasión y a pesar de la distancia.

—Te quiero presentar a alguien —dijo mi padre tomándome del codo, sacándome del encantamiento de aquel extraño —. Luego podrás irte donde quieras, solo es un segundo.

—Siempre dices lo mismo papá y da la sensación de que me ofreces a ver si hay puja entre tus amigos políticos —argumenté con el cinismo del que siempre me gustó hacer gala —. Y siempre tenemos el mismo resultado.

—Por favor, compórtate —exigió besándome la sien.

Le quería si, le quería muchísimo pero  su costumbre de mercadeo incluso conmigo me cabreaba y no me lo guardaba para mi, no fue nunca mi estilo callarme.

La noche siguió avanzando mientras saludaba a todo aquel que papá decidiera hasta que finalmente pude escapar. Tenía razón él  cuando había  predicho que sería rápido, así que me fui y caminé hasta el fondo del yate, donde la música se oía menos y la gente también.

Llevaba una copa de champaña en la mano y un cigarrillo en la otra, inclinada sobre la barandilla disfrutando de mi momento a solas lo volví a sentir..., esa sensación de estar bajo la mira de alguien me puso alerta otra vez y cuando todo mi cuerpo se erizó, él susurró:

—Tu atuendo es una incongruencia que me atormenta —me bañó el olor del coñac y algún puro que debió haber fumado antes, la mezcla era embriagadora —. ¿Sabes lo hermosa que te ves con ese vestido que revela toda tu exquisita espalda para que lo cubras de tan delicado cabello rubio?

Sus palabras era como un predicamento. Como si oírse a sí mismo confirmara lo que decía, como un juramento... una profecía. No sé como lo hizo pero me sacó una sonrisa y giré el rostro hacia su lado para verlo a los ojos cuando deslizó mi pelo a un costado de mi dejando mi espalda expuesta y dejando que el sudor de su vaso escurriera una gota en ella para verla correr hasta la curva de su final.

—¿Quién te ha dado permiso para tocarme? —farfullé nadando en sus ojos verdes.

—No te he tocado —estableció mirando la gota desandando en mi —... todavía.

Me volví a sonreír. Se lo merecía, se lo había ganado... sabía seducir y yo le estaba dejando hacerlo.

Había decidido jugar su juego desde que mis ojos azules se posaron en los suyos verdes un rato antes. Ahora le tenía a mi lado, recostado con su cadera en la baranda en la que aún estaban apoyados mis antebrazos. Dí otra calada a mi cigarro y él miró el recorrido del humo saliendo de mi boca. Era tan guapo que hacía daño verlo de cerca. Sus ojos hipnotizaban pero tenía los labios más rojos que alguna vez ví, manos grandes, unas muñecas tan fuertes que eran perfectas para sostenerme contra alguna pared y una altura que resultaba amenazante. La barba fina de no más de dos días era enloquecedora y aquel pelo negro perfectamente cortado dejándolo en ni largo ni corto invitaba a meter los dedos en el mientras su dueño saboreaba la piel de mi cuello expuesto a sus dientes.

—Casi puedo sentir lo que piensas en mi piel —confesó sacándome de mis lujuriosas imágenes.

—Tendrías una erección si esa fuera cierto.

—¿Quién dijo que no la tengo? —refutó.

Mis ojos se negaron a dejar los suyos porque si lo hacían sembrarían el caos entre los dos.

Yo tenía un propósito, él de seguro también y la fiesta era de mi padre, no podía jugar más a ese juego.

Lancé mi cigarrillo al mar, bebí del todo mi copa y la puse en la baranda para irme de allí no sin antes acercarme a su oído y susurrarle:

—El mismo que dijo que no estoy resistiendo las ganas de comprobar si podrías resbalar dentro de mi.¡Adiós... no me sigas!

El no me siguió, ni yo mire atrás pero el reflejo suyo en el cristal de la puerta que abrí para volver a la fiesta me hizo verlo recostado donde antes estaba yo, él de frente con las dos manos sobre el barandal mirando mi silueta, viéndome irme.

Me perdí un segundo en esa imagen frente a mi y de repente le vi empujarse a si mismo hacia adelante y venir corriendo tras de mi.

Empujé la puerta para huir de semejante tentación y me explotó algo en la cara, unas manos me tomaron de la cintura y me vi de pronto lanzada por la borda cayendo a un bote en el que subió después él y supe así... que tenía razón, que mi premonición se cumplía y aquel hombre que antes me acechaba, después me secuestraba.

El juego empezó y acabó cuando él quiso, yo solo pude participar.

Últimos capítulos

Te podría gustar 😍

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

Fuera de Límites, Mejor Amigo del Hermano

2.1m Vistas · En curso · Oguike Queeneth
—Estás tan mojada. —Me mordió la piel y me levantó para hundirme en su longitud.

—Vas a tomar cada pulgada de mí. —Susurró mientras empujaba hacia arriba.

—Joder, te sientes tan jodidamente bien. ¿Es esto lo que querías, mi polla dentro de ti? —Preguntó, sabiendo que lo había estado tentando desde el principio.

—S..sí —jadeé.


Brianna Fletcher había estado huyendo de hombres peligrosos toda su vida, pero cuando tuvo la oportunidad de quedarse con su hermano mayor después de graduarse, allí conoció al más peligroso de todos. El mejor amigo de su hermano, un Don de la mafia. Él irradiaba peligro, pero ella no podía mantenerse alejada.

Él sabe que la hermanita de su mejor amigo está fuera de límites y, sin embargo, no podía dejar de pensar en ella.

¿Podrán romper todas las reglas y encontrar consuelo en los brazos del otro?
Mi Luna Marcada

Mi Luna Marcada

749.5k Vistas · Completado · Sunshine Princess
—¿Vas a seguir desobedeciéndome? —pregunta, su mirada fría y dura.
—Sí.
Exhala, levanta su mano y la baja para abofetear mi trasero desnudo de nuevo... más fuerte que antes. Gimo por el impacto. Duele, pero es tan excitante y sexy.
—¿Lo harás de nuevo?
—No.
—¿No, qué?
—No, Señor.
—Buena chica —acerca sus labios para besar mi trasero mientras lo acaricia suavemente—.
—Ahora, voy a follarte —me sienta en su regazo en una posición de monta. Nos miramos a los ojos. Sus largos dedos encuentran el camino hacia mi entrada e insertan sus dedos.
—Estás empapada por mí, nena —dice complacido. Mueve sus dedos dentro y fuera, haciéndome gemir de placer.
—Hmm —pero de repente, se van. Lloro mientras deja mi cuerpo ansiando por él. Cambia nuestra posición en un segundo, así que estoy debajo de él. Mi respiración es superficial y mis sentidos incoherentes mientras anticipo su dureza en mí. La sensación es fantástica.
—Por favor —suplico. Lo quiero. Lo necesito tanto.
—Entonces, ¿cómo te gustaría venirte, nena? —susurra.
¡Oh, diosa!


La vida de Apphia es dura, desde ser maltratada por los miembros de su manada hasta que su compañero la rechaza brutalmente. Está sola. Golpeada en una noche difícil, conoce a su segunda oportunidad de compañero, el poderoso y peligroso Alfa Lycan, y vaya que le espera la aventura de su vida. Sin embargo, todo se complica cuando descubre que no es una loba común. Atormentada por la amenaza a su vida, Apphia no tiene otra opción que enfrentar sus miedos. ¿Podrá Apphia derrotar la iniquidad que amenaza su vida y finalmente ser feliz con su compañero? Sigue para más.
Advertencia: Contenido maduro.
El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

El Deseo Prohibido del Rey Licántropo

1.1m Vistas · En curso · Esther Olabamidele
—Mátala y quema su cuerpo.

Esas palabras salieron cruelmente de la lengua de mi destinado—MI COMPAÑERO.

Él robó mi inocencia, me rechazó, me apuñaló y ordenó que me mataran en nuestra noche de bodas. Perdí a mi loba, dejada en un reino cruel para soportar el dolor sola...

Pero mi vida dio un giro esa noche—un giro que me arrastró al peor infierno posible.

Un momento, era la heredera de mi manada, y al siguiente—era una esclava del despiadado Rey Lycan, que estaba al borde de perder la cordura...

Frío.

Mortal.

Implacable.

Su presencia era el infierno mismo.

Su nombre un susurro de terror.

Juró que yo era suya, deseada por su bestia; para satisfacerlo incluso si me rompe

Ahora, atrapada en su mundo dominante, debo sobrevivir a las oscuras garras del Rey que me tenía bajo su control.

Sin embargo, dentro de esta oscura realidad, yace un destino primitivo....
De Mejor Amigo a Prometido

De Mejor Amigo a Prometido

701.3k Vistas · En curso · Page Hunter
Savannah Hart pensó que había superado a Dean Archer —hasta que su hermana, Chloe, anunció que se casaba con él. El mismo hombre que Savannah nunca dejó de amar. El hombre que la dejó con el corazón roto… y que ahora pertenece a su hermana.

Una semana de boda en New Hope. Una mansión llena de invitados. Y una dama de honor muy resentida.

Para sobrevivir, Savannah lleva una cita —su encantador y pulcro mejor amigo, Roman Blackwood. El único hombre que siempre la ha apoyado. Le debe un favor, y fingir ser su prometido? Fácil.

Hasta que los besos falsos empiezan a sentirse reales.

Ahora Savannah está dividida entre mantener la farsa… o arriesgarlo todo por el único hombre del que nunca debió enamorarse.
Dura en Disfraz

Dura en Disfraz

1.5m Vistas · Completado · Sherry
—Todos fuera—ordené entre dientes—. Ahora.

—Jade, necesito revisar tu—comenzó la enfermera.

—¡FUERA!—gruñí con tanta fuerza que ambas mujeres retrocedieron hacia la puerta.

Una vez temida por la Organización Sombra que me drogó para replicar mis habilidades en una versión más controlable, había escapado de mis ataduras y detonado toda su instalación, lista para morir junto a mis captores.

En cambio, desperté en la enfermería de una escuela con mujeres discutiendo a mi alrededor, sus voces perforando mi cráneo. Mi estallido las congeló de shock—claramente no esperaban tal reacción. Una mujer amenazó mientras se iba—Discutiremos esta actitud cuando llegues a casa.

La amarga verdad es que he renacido en el cuerpo de una chica de secundaria con sobrepeso, débil y supuestamente tonta. Su vida está llena de acosadores y verdugos que han hecho su existencia miserable.

Pero no tienen idea de con quién están tratando ahora.

No sobreviví como la asesina más letal del mundo permitiendo que alguien me pisoteara. Y ciertamente no voy a empezar ahora.
Yo y Mi Esposo Multimillonario

Yo y Mi Esposo Multimillonario

581.1k Vistas · Completado · Jady-J
Aurora, una vez conocida como la mejor asesina, renace en la familia Pendleton como la hija menos favorecida y más ridiculizada. ¿Sobrepeso? No hay problema, ¡nunca es tarde para perder peso! ¿Débil e impotente? No te preocupes, ¡nunca es tarde para levantarse! ¿Tímida y fácilmente acosada? No importa, ¡ahora es el momento de transformarse en una reina astuta!
Después de lidiar con hombres indignos y mujeres despreciables, Aurora está lista para vivir su vida libremente y sin disculpas. Pero el distante y misterioso Heath se acerca con una pregunta que lo cambia todo:
—¿Cuándo nos casamos?
La Cachorra del Príncipe Licántropo

La Cachorra del Príncipe Licántropo

5.3m Vistas · En curso · chavontheauthor
—Eres mía, cachorrita—gruñó Kylan contra mi cuello.
—Pronto estarás rogándome. Y cuando lo hagas—te usaré como me plazca, y luego te rechazaré.



Cuando Violet Hastings comienza su primer año en la Academia de Cambiantes Starlight, solo quiere dos cosas: honrar el legado de su madre convirtiéndose en una sanadora hábil para su manada y pasar por la academia sin que nadie la llame rara por su extraña condición ocular.

Las cosas toman un giro dramático cuando descubre que Kylan, el arrogante heredero al trono de los Licántropos que ha hecho su vida miserable desde el momento en que se conocieron, es su compañero.

Kylan, conocido por su personalidad fría y sus maneras crueles, está lejos de estar contento. Se niega a aceptar a Violet como su compañera, pero tampoco quiere rechazarla. En cambio, la ve como su cachorrita y está decidido a hacer su vida aún más un infierno.

Como si lidiar con el tormento de Kylan no fuera suficiente, Violet comienza a descubrir secretos sobre su pasado que cambian todo lo que pensaba que sabía. ¿De dónde viene realmente? ¿Cuál es el secreto detrás de sus ojos? ¿Y ha sido toda su vida una mentira?
Perfecto bastardo

Perfecto bastardo

5.8m Vistas · En curso · Mary D. Sant
Él levantó mis brazos, inmovilizando mis manos sobre mi cabeza.

—Dime que no te acostaste con él, maldita sea —exigió entre dientes apretados.

—¡Vete al diablo, hijo de puta! —le respondí, intentando liberarme.

—¡Dilo! —gruñó, usando una mano para sujetar mi barbilla.

—¿Crees que soy una zorra?

—¿Entonces es un no?

—¡Vete al infierno!

—Bien. Eso es todo lo que necesitaba escuchar —dijo, levantando mi top negro con una mano, exponiendo mis pechos y enviando una oleada de adrenalina a través de mi cuerpo.

—¿Qué demonios estás haciendo? —jadeé mientras él miraba mis pechos con una sonrisa satisfecha.

Pasó un dedo sobre una de las marcas que había dejado justo debajo de uno de mis pezones.

¿El bastardo estaba admirando las marcas que me había dejado?

—Envuélveme con tus piernas —ordenó.

Se inclinó lo suficiente como para tomar mi pecho en su boca, chupando con fuerza un pezón. Me mordí el labio inferior para ahogar un gemido mientras él mordía, haciéndome arquear el pecho hacia él.

—Voy a soltar tus manos; no te atrevas a intentar detenerme.



Bastardo, arrogante y completamente irresistible, el tipo exacto de hombre con el que Ellie juró que nunca volvería a involucrarse. Pero cuando el hermano de su amiga regresa a la ciudad, se encuentra peligrosamente cerca de sucumbir a sus deseos más salvajes.

Ella es irritante, inteligente, sexy, completamente loca, y también está volviendo loco a Ethan Morgan.

Lo que comenzó como un simple juego ahora lo atormenta. No puede sacarla de su cabeza, pero nunca permitirá que nadie entre en su corazón de nuevo.

Incluso cuando ambos luchan con todas sus fuerzas contra esta ardiente atracción, ¿podrán resistirse?
Placeres culposos

Placeres culposos

643.8k Vistas · En curso · Isabella
—¡Joder! Que apretada estás …— Espeto agitado por atravesarme con su 18 cm. Mientras yo me mantengo calmada, suficientemente mojada y excitada para soportarlo.— ¡Oh, demonios! Eres señorita, eso sí que es una sorpresa bomboncito, pero no te preocupes, lo haré inolvidable.


¿Todo ha sido un error? ¿O quizás solo parte del destino? La ida por un vaso de agua, resultó en el inicio de un deseo culposo con consecuencias irreversibles.

Soy Erika Martín de 21 años, soy una latina, proveniente de Venezuela, me mudé de mi país buscando el sueño Americano ante una oportunidad de empleo como servicio doméstico en la mansión uzcategui, sin saber que mi destino cambiaría por completo, al conocer a Alejandro Uzcategui, el heredero y magnate de negocios más prestigioso dela ciudad, con una ciudad tan grande y él puso sus ojos en mi, su humilde y tímida empleada, que no sabe decirle que no, todo con él era perfecto, pero él tiene dos grandes defectos, es casado y jodidamente posesivo, me llama bomboncito y me reclama como suya. Estoy locamente enamorada de él y temo por la repercusiones de lo que vendrá, ya que se que no me dejará escapar, menos cuando sepa mi gran secreto.
Accardi

Accardi

430.9k Vistas · Completado · Allison Franklin
Él bajó sus labios hasta su oído.

—Te costará algo —susurró antes de tirar de su lóbulo con los dientes.

Sus rodillas temblaron y, si no fuera por su agarre en su cadera, habría caído. Él empujó su rodilla entre sus muslos como un soporte secundario en caso de que decidiera necesitar sus manos en otro lugar.

—¿Qué quieres? —preguntó ella.

Sus labios rozaron su cuello y ella gimió mientras el placer que sus labios provocaban se hundía entre sus piernas.

—Tu nombre —exhaló él—. Tu verdadero nombre.

—¿Por qué es importante? —preguntó ella, revelando por primera vez que su corazonada era correcta.

Él se rió contra su clavícula.

—Para saber qué nombre gritar cuando vuelva a entrar en ti.


Genevieve pierde una apuesta que no puede pagar. Como compromiso, acepta convencer a cualquier hombre que su oponente elija para que se vaya a casa con ella esa noche. Lo que no se da cuenta cuando el amigo de su hermana señala al hombre taciturno sentado solo en el bar, es que ese hombre no se conformará con solo una noche con ella. No, Matteo Accardi, Don de una de las pandillas más grandes de la ciudad de Nueva York, no hace encuentros de una sola noche. No con ella, de todos modos.
La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

La Pequeña Pareja de Alfa Nicholas

344.5k Vistas · En curso · Becky j
—¡El compañero está aquí!
¿Qué? No—espera… oh Diosa Luna, no.
Por favor, dime que estás bromeando, Lex.
Pero no lo está. Puedo sentir su emoción burbujeando bajo mi piel, mientras que todo lo que siento es pavor.
Doblamos la esquina y el aroma me golpea como un puñetazo en el pecho—canela y algo increíblemente cálido. Mis ojos recorren la habitación hasta que se posan en él. Alto. Imponente. Hermoso.
Y luego, tan rápido como… me ve.
Su expresión se tuerce.
—Joder, no.
Se da vuelta—y corre.
Mi compañero me ve y corre.

Bonnie ha pasado toda su vida siendo destruida y abusada por las personas más cercanas a ella, incluida su propia hermana gemela. Junto a su mejor amiga Lilly, que también vive una vida de infierno, planean escapar mientras asisten al baile más grande del año que está siendo organizado por otra manada, solo que las cosas no salen como planeaban, dejando a ambas chicas sintiéndose perdidas e inseguras sobre su futuro.

El Alfa Nicholas tiene 28 años, sin compañera, y no tiene planes de cambiar eso. Este año le toca organizar el Baile Anual de la Luna Azul y lo último que espera es encontrar a su compañera. Lo que espera aún menos es que su compañera sea 10 años menor que él y cómo su cuerpo reacciona ante ella. Mientras intenta negarse a reconocer que ha encontrado a su compañera, su mundo se pone patas arriba después de que los guardias atrapan a dos lobas corriendo por sus tierras.

Una vez que las traen ante él, se encuentra nuevamente frente a su compañera y descubre que ella esconde secretos que lo harán querer matar a más de una persona.
¿Podrá superar sus sentimientos hacia tener una compañera y una que es tan joven? ¿Su compañera lo querrá después de sentir el dolor de su rechazo no oficial? ¿Podrán ambos trabajar en dejar atrás el pasado y avanzar juntos o tendrá el destino otros planes y los mantendrá separados?
Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

Le Di una Bofetada a Mi Prometido—Luego Me Casé con su Némesis Multimillonario

318.2k Vistas · En curso · Jessica C. Dolan
Ser el segundo mejor está prácticamente en mi ADN. Mi hermana recibió el amor, la atención, el protagonismo. Y ahora, incluso su maldito prometido.

Técnicamente, Rhys Granger era mi prometido ahora—millonario, increíblemente atractivo y un sueño húmedo de Wall Street. Mis padres me empujaron hacia el compromiso después de que Catherine desapareciera, y honestamente? No me importó. Había estado enamorada de Rhys durante años. Esta era mi oportunidad, ¿verdad? ¿Mi turno de ser la elegida?

Error.

Una noche, me abofeteó. Por una taza. Una estúpida, rota y fea taza que mi hermana le dio hace años. Fue entonces cuando me di cuenta—él no me amaba. Ni siquiera me veía. Solo era un reemplazo cálido para la mujer que realmente quería. Y aparentemente, ni siquiera valía tanto como una taza de café glorificada.

Así que lo abofeteé de vuelta, lo dejé y me preparé para el desastre—mis padres perdiendo la cabeza, Rhys teniendo una rabieta de millonario, su aterradora familia planeando mi prematura desaparición.

Obviamente, necesitaba alcohol. Mucho alcohol.

Entra él.

Alto, peligroso, injustamente atractivo. El tipo de hombre que te hace querer pecar solo por existir. Lo había conocido solo una vez antes, y esa noche, él simplemente estaba en el mismo bar que mi yo borracha y compadeciéndose de sí misma. Así que hice lo único lógico: lo arrastré a una habitación de hotel y le arranqué la ropa.

Fue imprudente. Fue estúpido. Fue completamente desaconsejado.

Pero también fue: El. Mejor. Sexo. De. Mi. Vida.

Y, como resultó, la mejor decisión que había tomado.

Porque mi aventura de una noche no es solo un tipo cualquiera. Es más rico que Rhys, más poderoso que toda mi familia, y definitivamente más peligroso de lo que debería estar jugando.

Y ahora, él no me va a dejar ir.