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Prohibido Amor de un CEO

Prohibido Amor de un CEO

Liliana Seytu · En curso · 42.8k Palabras

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Introducción

Emily es una niña atormentada injustamente por un malvado y poderoso CEO quien busca vengar la muerte de su prometida fallecida.
El tiempo pasa, las intrigas y los secretos salen a flote.
Cuando por un cruel giro del destino, Emily logra reencontrarse con su torturador.
Ella le hara pagar todo lo que sufrio en sus manos pero...
Bien dicen que del odio al amor solo hay un incierto paso.
Que les deparara el destino a esta pareja?

Capítulo 1

Las luces neón iluminan el cielo nocturno del distrito de los más prestigiosos y exclusivos clubes nocturnos.

Dentro de una sala privada de un club nocturno VIP hay un ligero movimiento...

Recostada en la enorme cama, una joven mujer comienza a recuperar la consciencia lentamente.

Su cara está roja y tiene los ojos llorosos.

Ella no comprende porque se siente tan acalorada.

"Porque hace tanto calor aquí?"

"Porque estoy en este lugar?"

Murmura Emily con un hilo de voz.

Afuera se escucha un poco la música del club y algunas risas muy lejanas.

Ella intentó torpemente quitarse su suéter con sus temblorosas manos.

Después de muchos intentos fallidos lo logró por fin.

Tuvo más suerte para quitarse los zapatos de piso que llevaba puestos.

Se sintió un poco más fresca, pero el calor parecía ir en aumento a cada segundo.

Cómo si ella estuviera bajo el inclemente rayo del sol de mediodía...

Al escuchar pasos que se acercaban a ella, Emily trató de levantarse de la cama apoyándose con sus dos brazos.

Pero se sentía tan débil y mareada que no logró incorporarse en lo absoluto.

Un hombre de traje con un fuerte olor a vino y cigarro se acercó demasiado a su pequeña carita.

El hombre preguntó con voz muy aspera.

"Tu eres Emily Mu?"

"Eres la hermana de Flora Mu?"

El hombre se ve algo borroso en la visión de Emily.

"Yo...si lo soy, pero usted quien es?"

Murmura débilmente la niña.

Emily intenta abrir bien los ojos para ver al hombre que está de pie frente a ella.

Con su mano de la niña toca el armazón de sus lentes sobre su rostro pero ella simplemente ve todo muy borroso!

Aunque no esta completamente a oscuras ese lugar, la tenue luz solo le permite distinguir a Emily vagamente las facciones del hombre.

Pareciera que el hombre posee oscuras y duras facciones las cuales son muy masculinas.

Los ojitos de la niña se esfuerzan en demasia por distinguir algo más.

De pronto Emily puede ver, con toda claridad, la mirada fría y atemorizante del hombre.

El hombre se inclina sobre la confundida chica quien lo mira más de cerca.

El misterioso hombre deja caer al suelo la fina botella de whisky que tenía agarrada en la mano.

El poco líquido de la botella se derrama sobre la alfombra haciendo que el olor a alcohol llene el lugar.

Con enfado, el hombre se quita el elegante saco de su traje y su corbata.

El hombre arroja ambas cosas al suelo sin importarle si se maltratan o ensucian as costosas prendas de vestir.

Doblando las mangas de su fina y lujosa camisa hasta los codos el hombre pronuncia l.

"Te ves tan ingenua e inocente..."

El hombre observa atentamente a la mareada y acalorada niña.

"Me parece que tú expiaras mejor el crimen que cometió tu hermana Flora."

Comenta el hombre antes de recoger la botella del suelo la botella de whisky para dar un último trago antes de volver a arrojarla al suelo con total desprecio.

En todo momento la intensa mirada de odio del hombre se mantiene sobre la temerosa niña.

Debido a la droga que le administraron, Emily no comprende que es lo que pasa a su alrededor.

Tampoco puede comprender en su totalidad las palabras que el hombre pronunció debido a que escucha un zumbido en sus oídos.

La niña respira agitada debido al calor y al creciente sentimiento de angustia dentro de ella.

Sin fuerzas para poder levantarse correctamente de la calurosa cama, Emily se retuerce debido al calor extenuante.

Su delicadas manos intentan torpemente secar el sudor de su frente.

La manita de la niña tiembla mientras trata desesperadamente por desabotonar un poco su blusa para que no se sienta tan agobiada.

El largo y sedoso cabello castaño de la niña cae sobre sus hombros desenfadadamente.

La cascada de hermoso cabello hace relucir la deseable piel blanca y sin imperfecciones de la niña.

Los suaves labios rojos entreabiertos de la niña jadean por aire.

El pecho de la bella chica se agita de arriba a abajo.

"Maldición!"

Murmura Edward quien no puede apartar la vista de su víctima.

"Como puede ser posible que me excite está mujer?"

Se cuestiona el hombre.

La chica en esa cama es su enemiga!

Él debería estarla torturando en este preciso instante!

Debería estarle provocando un inmenso dolor ahora mismo.

El mismo dolor por el que Edward está atravesando en ese instante de su vida.

Él debería haberla encontrado inconsciente y no drogada en esa habitación de hotel.

Sin poder evitarlo Edward acaricia la mejilla a Emily con sus dedos de forma tosca.

Esa caricia no deseada hace reaccionar a la chica quien pregunta de forma temblorosa.

"Porque estoy aquí?"

"Que quieres de mi?"

Edward sin retirar su mano de su mejilla responde el cuestionamiento tonto de la niña.

"Estás aquí por una razón que pronto conocerás."

"Tenemos esta lujosa habitación para nosotros solos durante toda la noche..."

Edward retira su mano antes de caminar hacia una mesita de noche para tomar otra botella.

Manteniendo su vista sobre la niña Edward toma otro trago más antes de continuar con sus palabras.

"Y estoy más que seguro que nos divertiremos mucho está noche."

Amenaza Edward a la niña.

"O al menos yo sí lo haré."

Una sonrisa perversa tuerce los labios del apuesto y malvado Edward.

Él sabe a la perfección que tiene una misión que cumplir esa noche.

Una misión contra la niña que está con él, todo por ser parte de esa despreciable familia que Edward odia con toda su alma.

Pero, porque no divertirse y disfrutar de ella si ya esta ahí?

Emily gira su pequeña carita contemplando a su alrededor.

Ella puede ver con mas claridad que la habitación donde está es enorme y muy lujosa en verdad.

Después la niña centra su atención en el hombre que le habla.

Ella todavía sigue aturdida por la droga por lo que aun le cuesta distinguirle bien la cara al hombre.

Emily nunca antes ha utilizado ninguna clase de droga, ni ha fumado o tomado en toda su vida.

Por eso los efectos de la droga se intensifican ahora en su cuerpo.

La niña siente las mejillas sonrojadas y calientes.

Su cabeza da mil vueltas antes de detenerse bruscamente.

Las luces destellan con intensidad deslumbrandola antes de verse extrañas.

Algunas palabras pronunciadas por el hombre la niña las escuchó como si tuvieran mucho eco.

Una nueva ráfaga de calor golpea sin misericordia el cuerpecito delgado de la niña.

"Calor...tengo mucho calor..."

Emily se queja y jadea débilmente.

"Por favor señor..."

"Podría darme un vaso con agua?

Emily ruega el favor.

Edward sostiene torpemente la botella de whisky en su antes de responderle a la niña en tono burlón.

"Tienes calor pequeña mujer?"

"Con mucho gusto te ayudaré a refrescarte."

Acto seguido, Edward camina hasta el baño en donde abre por completo la llave de la ducha.

Cargando en sus brazos sin ningún esfuerzo a una débil y delgada Emily la lleva hasta el baño.

Dejando a la indefensa chica debajo del chorro de agua fría Edward sonrie.

Repentinamente Emily se siente más fresca pero incómoda pues la ropa húmeda se pega por completo a su cuerpo.

Además el agua esta demasiado fría!

Pero después de un tiempo Emily se siente aliviada pues el exagerado calor en su cuerpo disminuye casi por completo.

Sintiéndose mejor Emily exhala un suspiro de alivio.

Ya que se encuentra más alerta, Emily limpia sus lentes para mirar bien al hombre que la llevó a la ducha.

Ella quiere ver bien al hombre que esta con ella en esa habitación de hotel.

El magnífico, guapísimo e intimidante hombre frente a ella posee unos ojos negros brillantes además de un fuerte, marcado y poderoso físico musculoso.

Y un aura oscura, masculina y muy peligrosa.

"Cuñado!"

Grita Emily totalmente sorprendida cuando observa perfectamente al hombre!

Ella no lo puede creer!

Emily esta sola, en esa costosa y hermosa habitación de hotel con su futuro cuñado!

"Esto no es posible!"

Piensa Émily.

"Cuñado, que estás haciendo aquí?"

"Porque no estás con mi hermana Flora?"

Cuestiona la niña apenada.

"Jamás seré tu cuñado!"

Vocifera Edward enfadado y exasperado.

"Jamás podre casarme con una asesina como tu hermana!"

Declara de forma cruel y dura Edward.

Que dijo él?

Asesina?

Flora...

Su hermana flora...

Una asesina?

Emily se siente confundida por las extrañas palabras pronunciadas por su cuñado.

"Eso no puede ser posible, cuñado!"

"Conozco bien a mi hermana y no sería capaz de matar a nadie!"

Emily defiende a su hermanastra Flora.

"Cuñado, por favor, déjame ir!"

"Debe haber un error en esta situación."

Ruega Emily intentando salir, sin éxito de la ducha.

"Por favor, no quiero causar ningún problema entre tú y Flora!"

"Debo irme ahora!"

Comenta la niña tratando de irse a toda prisa.

Emily quiere irse lo más pronto posible de ese lugar.

Ya no le importa a la niña que su ropa este hecha un desastre mojado.

Cerrando apresuradamente la llave del agua con sus manos frías y temblorosas la niña exprime lo mejor que puede su ropa y el cabello.

Emily sale de la ducha dejando caer gruesas gotas de agua a su paso.

Edward se hace a un lado para no mojarse cuando Emily sale del baño.

Antes de que ella pudiera alcanzar la puerta para salir de la habitación Edward la detiene.

"No tienes porque irte tan pronto."

"Ven Emily, te prometo que nos vamos a divertir."

Edward se acerca tambaleante hasta la niña.

"Ya te dije que no me casaré con tu hermana nunca."

"Pero eso no significa que estaré solo hoy."

Edward bebe unos cuantos tragos de la segunda botella de whisky casi vacía que agarra con fuerza con la mano.

Con alarde de su fuerza Edward arroja a Emily a la cama.

La pobre chica rebota en el colchón atemorizada por completo.

Emily recuerda haber salido de su trabajo ese día por la tarde.

También recuerda haber estado de pie esperando el autobus que la llevaría de vuelta a casa.

Después, ella sintió una gran mano que le puso un pañuelo contra la boca.

Y mucho tiempo después ella desperto en ese lugar donde ahora esta con su futuro cuñado.

O ya no es su cuñado?

Y porque?

Porque esta ahí ella?

Porque ella tiene que estar sobre esa suave y enorme cama, donde ahora Edward la mira con ojos lujuriosos y desenfrenados.

Ella puede notar ahora que Edward esta bastante borracho ya.

Por tal motivo su ex cuñado no es capaz de controlar sus emociones ni sus acciones en absoluto.

Ahora que ella estaba despierta al fin lo puede ver claramente.

Emily siente que Edward se la puede comer viva en cualquier momento.

"De verdad me atrae está mujer?"

"Es un insulto para Lucy!"

Edward maldice en su pensamiento.

Sentándose un momento en el sillón frente a la aterrorizada chica Edward reflexiona ese pensamiento pero también...

Edward trata de apaciguar el dolor que le provoca recordar a su amada perdida.

Su amada Lucy...

Ahora, ella ya no esta en este mundo.

Y todos los culpables de su muerte deben de pagar por su crimen contra ella!

Por un momento Edward cierra los ojos mientras piensa en su amada Lucy.

Recargando su cabeza contra el respaldo del sillón, Edward extiende los brazos para evocar el recuerdo de su amada.

Emily ve eso como una oportunidad para escapar de Edward y de esa habitación.

Sin hacer ruido, Emily estira su mano para agarrar la botella que Edward tiró al suelo.

La sostuvo con firmeza con sus delicadas manos.

Sin perder un segundo más, Emily golpea a Edward en la cabeza.

Edward despierta debido al débil golpe en un costado de su frente.

Ese dolor hace que Edward abra los ojos totalmente enfadado.

Mirando a la tonta chica frente a él con la botella en la mano todavía, Edward toma la mano de la chica para lanzarla de nuevo contra la cama.

Avanzó rápidamente hacía ella Edward logra quitarle la botella de la mano.

Colocando su fuerte y duro cuerpo encima de ella Edward aterra a Emily.

Atrapando con una de sus grandes masculinas manos las dos manitas de la niña Edward las estira por encima de la cabeza de Emily para inmovilizarla por completo.

"Cuñado déjame ir por favor!"

Nuevamente Emily ruega con labios temblorosos.

El pobre corazón de la niña palpita descontroladamente debido al miedo!

"Estúpida mujer!"

"Deja de llamarme cuñado de una vez!"

Gritó furioso Edward frente a ella.

"Ya te dije que no lo seré nunca!"

"Recuerda mi nombre de ahora en adelante!"

Edward le da una mirada de advertencia Emily.

"Mi nombre es Edward Situ!"

"Entiendes?"

"Edward Situ!"

Vocifera fuertemente el hombre.

Emily tiembla debido a las fuertes palabras de Edward.

"Y lo recordarás a partir de este momento y toda tu vida!"

"Está noche gritarás mi nombre cuando estés enterrada debajo de mi."

"Y yo dentro de ti!"

Exclama de forma terrible Edward.

Sin piedad, Edward rasga las ropas mojadas de Emily para quitárselas del cuerpo tembloroso.

Las arroja al suelo lejos de la cama con repugnancia.

Esa noche Edward esta dispuesto a disfrutar del cuerpo de la chica hasta hartarse.

Él quiere tener sexo duro y un tanto violento con ella.

Emily no puede hacer nada para resistir lo que Edward le hace.

Su ropa mojada fue arrojada al suelo lejos de ella.

Por lo que ella se encontró desnuda y fría debajo de él en cuestión de minutos.

Edward se desviste de prisa para llevar a cabo su infame cometido.

Sin amor ni pasión alguna.

Sin piedad ni delicadeza.

Sin besos ni palabras dulces.

Sin atender sus súplicas y sin arrepentimientos.

Edward penetra rudamente a una virgen Emily.

El intenso dolor que siente Emily en ese crudo momento es tanto físico como mental.

Ella no entiende porque tiene que pagar por un mal que ella jamás ha hecho!

Tampoco le hizo nunca daño a Edward!

Y ahora Edward la viola sin piedad alguna.

Las lágrimas caen libremente por las mejillas de la niña.

Emily entierra la cabeza en una almohada cerrando los ojos con fuerza.

Lo hace para intentar escapar, de algún modo, de lo terrible que le está ocurriendo.

Emily puede sentir las manos calientes y grandes de Edward recorrerla de pies a cabeza.

Una y otra vez de forma agresiva...

De forma muy posesiva, Edward la hizo suya muchas veces.

Emily siente los movimientos de Edward encima de ella.

Ella intenta pensar en otra cosa para que termine lo más rápido posible esa humillación.

Así, la primera vez de Emily con un hombre fue robada a la fuerza.

Su virginidad le perteneció a Edward Situ a la mala.

Emily se obliga a no emitir ningún sonido en todo ese tiempo.

Solo cierra con fuerza sus ojos deseando que su tortura acabe lo más pronto posible.

Ella también ruega porque Edward no la mate.

La noche y madrugada avanzan lentamente...

La habitación entera se llenó de calor.

También de gemidos y jadeos entrecortados masculinos.

Alguno que otro pequeño gemido femenino culpable.

Edward sigue interminablemente...

Hasta que el delicado cuerpo de Emily colapsa sin remedio sobre el colchón de la cama deshecha pues la niña era una novata en relaciones sexuales con un hombre.

Emily cae desmayada en la cama completamente agotada.

Edward se siente saciado por fin después de mirar el cuerpo maltrecho y ultrajado de la niña inconsciente.

Él la deja a un lado de esa cama.

Edward se recuesta lejos de ella para descansar después de su maratón sexual de esa noche y madrugada.

Así, la primera experiencia sexual de Emily fue terriblemente cruda y dura.

La experiencia definitivamente fue traumática para ella.

Pero aún le esperan cosas horribles más adelante.

Cosas que la joven Emily no sabe todavía.

Y que definitivamente ella no espera que sucedan, ni en sus más horribles pesadillas.

Ni en sus más locos sueños las niña imaginó que le pasarían cosas tan terribles y malas!

Todo ello sin que Emily fuera culpable de nada!

Pero, ante los ojos de ese demonio llamada Edward Situ, ella es todo, menos inocente.

Emily es culpable solo por tener ese apellido y a esa tonta hermana.

Todo por ser el eslabón más débil de la familia Mu.

Edward sonrie de forma perversa satisfecho con su fechoría.

En verdad fue el mejor desfogue de sus intensas y vengativas emociones.

Y el mejor alivio momentáneo de su tristeza acumulada.

Este es el inicio apenas.

Edward sabe que recién esta comenzando con su venganza.

Y sabe que disfrutara mucho más de lo que hara a continuación.

Él quiere que los involucrados vivan el mismo infierno por el que él esta atravesando en ese punto de su joven vida.

Y se encargara de que así sea.

Nadie se mete con Edward Situ y sale libre de las consecuencias!

Y menos por la abominable acción que toda esa maldita familia tuvo tenido en contra de él y su amada Lucy!

Todos deben pagar un precio muy alto!

Nadie se librara de sus vengativas acciones.

Y cuando Edward este satisfecho, se retirara a contemplar alegremente todo el caos y tristeza que habra tan magistralmente sembrado en la familia Mu.

Por supuesto que si.

Edward Situ no parara ni se detendrá hasta destruir por completo a esa maldita familia que tanto daño le ha hecho!

By Liliana Situ*

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© 2020-2021 Val Sims. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de esta novela puede reproducirse, distribuirse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, incluidas las fotocopias, la grabación u otros métodos electrónicos o mecánicos, sin el permiso previo por escrito del autor y los editores.
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No puedo respirar fuego como un Cambiante dragón, ni lanzar maldiciones a las personas que me molestan como las Brujas. No puedo hacer pociones como una Alquimista ni seducir a la gente como una Súcubo. No quiero parecer desagradecida con el poder que tengo; es interesante y todo eso, pero realmente no tiene mucho impacto y, la mayor parte del tiempo, es prácticamente inútil. Mi habilidad mágica especial es la capacidad de ver hilos del destino.

La mayor parte de la vida es lo suficientemente molesta para mí, y lo que nunca se me ocurrió es que mi pareja es un grosero y pomposo incordio. Es un Alfa y el hermano gemelo de mi amigo.

“¿Qué estás haciendo? ¡Este es mi hogar, no puedes entrar así!” Intento mantener mi voz firme, pero cuando se da la vuelta y me fija con sus ojos dorados, me echo atrás. La mirada que me lanza es imperiosa y automáticamente bajo los ojos al suelo, como es mi costumbre. Luego me obligo a mirar de nuevo hacia arriba. Él no se da cuenta de que lo estoy mirando porque ya ha desviado la mirada de mí. Está siendo grosero, me niego a mostrar que me está asustando, aunque definitivamente lo está haciendo. Echa un vistazo alrededor y, al darse cuenta de que el único lugar donde sentarse es la pequeña mesa con sus dos sillas, señala hacia ella.

“Siéntate.” me ordena. Lo miro con desprecio. ¿Quién se cree para darme órdenes así? ¿Cómo puede alguien tan obnoxioso ser mi alma gemela? Tal vez todavía estoy dormida. Me pellizco el brazo y mis ojos se humedecen un poco por el escozor del dolor.