62/ CONFESANDOMME CON EL

Nada más entrar los dos en mi dormitorio, empecé a ponerme más nerviosa y más intranquila aunque sabía que estaba Adrian y que él nunca me haría daño. Al mirarnos, enseguida él me cogió de mis manos como si deseara decirme que él estaba allí para mí y para lo que yo necesitara.

—- Adrian, perdón pe...

Inicia sesión y continúa leyendo