Capítulo once: Lo siento mucho

Samael Wulf

Acababa de decirle a Freya que la amaba. Ella estaba frente a mí con la boca abierta de pura sorpresa. El color se le había ido del rostro, y antes de que pudiera decir algo más, agarró su sostén, se vistió y corrió hacia la puerta. Logré sujetarla del brazo y girarla para que me mirara...

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